martes, 14 de febrero de 2017

Yo vivo ahí, reflexiones de un autómata deprimido.

Ficciones y territorios. Arte para pensar la nueva razón del mundo.
Museo Nacional centro de Arte Reina Sofía.
Comisarios: Manuel Borja-Villel, Cristina Cámara, Beatriz Herráez, Lola Hinojosa y Rosario Peiró.
Del 26 de octubre de 2016 al 13 de marzo de 2017
 
                                                                                                       
                                                                                                                                                Karim Gómez Giralde 

El siglo XXI, el siglo de la no existencia, lugares vacíos y desolados pueblan los paisajes neo urbanos que cada vez van apareciendo al igual que las humedades en una casa antigua. Barrios de hierro y polvo es la imagen que nos lleva a la mente si pensamos en el siglo XXI la obsesión por construir más y más para poblar cada hueco que queda libre, llevándose consigo todo tipo de naturaleza o vestigio de ella, generando nuevas ciudades, nuevos espacios, pero al final acaban convirtiéndose en lugares muertos, calles vacías, la gente no pasea, no hacen vida en sus calles, se limitan a trabajar e ir a casa, el neoliberalismo nos ha convertido en máquinas que cargan la poca energía o batería que cada hombre lleva en su cuerpo y  que están deseando llegar y cargar dichas baterías en sus cajas metálicas llena de vidrios y robótica inteligente.


La obra “Castillos en el aire” (2012) del artista Hans Haacke, fue una pieza concebida para el propio Centro de arte Reina Sofía, en la pieza sin entrar en mucho detalle pretende contar la realidad del Ensanche de Vallecas mediante unas fotografías y una serie de documentos como pueden ser escrituras de hipotecas, planos… además de incluso hablar de las calles que tienen nombre de movimientos artísticos del siglo XX, quizás aquí encontramos una intención de la ciudad de Madrid de pretender innovar en el terreno urbanístico al compararlo con los principales movimientos artísticos del siglo XX o quizás era una simple anécdota. De manera casi anecdótica el Ensanche de Vallecas se encuentra al final de la Línea 1, es como si Metro te anunciará su recorrido a la nada, al vacío pero aun así sus vagones siempre con gente acaban yendo hacia el final del túnel para acabar en el desierto contemporáneo, quizás para ir a sus casas desoladas o para acabar en el único requisito, el centro comercial, quizás gracias a la aparición del centro comercial el desierto del Ensanche de Vallecas cobra algo de sentido y le da el poder de tener vida, pero una vez abandonas el centro comercial vuelves al desierto, incluso a veces puedes encontrarte hasta algún estepicursor, la típica bola de planta que sale rodando en las famosísimas películas del oeste.


En contraposición a este vacío urbano tenemos en la exposición otras obras que justo nos habla de lo contrario de la vida, del movimiento provocado a la salida de una fábrica, inspirándose en la antigua película, y consideradas de las primeras películas realizada por los hermanos Lumière. Harun Farocki en su instalación “Arbeiter verlassen di Fabrik (Workers leaving the factory)” filma a diferentes colectivos sociales las salidas del trabajo, incluido encontramos también la famosa filmación de los Lumiére. Este periodo de la salida del trabajo es considerado como el minuto de felicidad extrema, pero en realidad es un paso más hacia la anterior obra, el paso al desierto pues cuando acabas de trabajar lo que más apetece es volver a casa y encerrarte y volvemos a la idea del desierto contemporáneo, pero a pesar de ello sí que se produce una vida en esos minutos, pues muchas veces los trabajadores se quedan charlando, hablando del día duro que ha sido y de lo que harán cuando lleguen a casa, quizás otros comentan algún cotilleo, pero al final siempre se resumirá en un, te dejo que quiero pillar el sofá por banda y no despegarme del sofá, y la calle se quedará vacía y la puerta cerrada, y el viento correrá por las calles vacías de esa ciudad de este mundo del siglo XXI. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario