TÍTULO.
Palabras, palabras…
Galería Moisés Pérez de Albéniz.
C/ Doctor Fourquet, 20.
Hasta el 18 de marzo.
Yaiza González López.
Palabra, atendiendo a
una de sus acepciones, "Representación
gráfica de estos sonidos, que consiste en una letra o un grupo de letras
delimitado por espacios blancos". Muntadas expande la posibilidad de la
palabra hacia el espacio expositivo y urbano. La rebelión de la negritud procedente
de la linealidad formal de la palabra en tanto a código lingüístico contamina
dicho espacio blanquecino, propiciando su desintegración. Lástima que el marco
depositario del vocablo limite dicha expansión por toda la galería Moisés Pérez
de Albéniz. No obstante, al exponer palabras se produce el juego o fenómeno de
la autoreferencialidad, donde la reflexión acerca de las posibilidades del
mismo lo propicia el término dado.
Retomando, la forma
adaptada a varios contenidos, un significante lingüístico extenso hasta el
código audiovisual con varios significados, en sí, conceptos que podemos
atribuir a dicho término. Esta potencialidad variable de los términos expuestos
por el artista en el contexto presente, presentan una posición crítica frente a
quien produce dicho proceso de contaminación sobre la palabra, y con ello,
sobre la acepción del término, más allá de lo terminológico, recibida por el
segundo factor comunicacional, el receptor. La cuestión de la mutación, y en
cierto sentido romántico, la pérdida esencial del original posibilita sobre
"democracia, debate, ideología..." la unión de tantas otras.
Esta pérdida o modificación, puede transgredirse hacia actos
en sí, un apretón de manos como cierre de un pacto u acuerdo, la arquitectura
pragmática que engloba un despacho, se presentan de manera inherente a otro
término de moda, la corrupción, citando a La
Palabra: "No sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha".
No hay aval de ningún
tipo justificado por quien es el emisor, el espacio dado, o en general el
contexto. Con ello introducimos, una tercera línea de trabajo, la
interactuación de Palabras, Palabras...
en tanto que imágenes, con las dadas por el canal fotográfico, noticiero y
televisivo, donde equiparablemente a la comparación artística, se dispone un sistema
de selección exhaustivo, con ello, creador de realidades donde operan la
palabra y la imagen seleccionadas de manera simultánea y estratégica, en
función de la representación/percepción que quiera construirse del político en
cuestión, y con ello del discurso. De igual forma, Muntadas nos selecciona
diferentes voces (palabra más sonoridad), no unidas a una corporalidad, ni
siquiera unidas a una persona, la voz Rajoy dicta "España se ha puesto en
marcha" pero no es Rajoy quien construye la palabra, es quien tiene la
potestad representativa de transmitirla. Encontramos, por fin, el revestimiento
de Kang y Kodos en Ciudadano Kang de Los Simpson. Concluido con una sobre
posición de multitud de voces, verborrea símil a la decadencia visible en el
accidente llevado por cada concepto expuesto anteriormente. Este cuerpo que no
está, no desaparecido sino eliminado, evidencia el vacío de un foco inoperante,
de nuevo la pérdida y la concentración en la verdadera obra. Pisamos y
acallamos a La libertad guiando al pueblo,
para atender a lo visible y a lo sonoro, al ON desconocido, por algunos, y
revelador de los micrófonos.
Frente
a la voz incesante, la imagen permanente; la televisiva, donde la pérdida
tratada sobre la palabra es llevada al extremo, ironización del uso de poder,
lo único visible es la imagen que habla pero que no dice nada, verborrea
convertida en verborragia, contraposición a lo encontrado en las obras términos.
Enmarcado en el aparato tecnológico extensible no solo a lo urbano y político,
por tanto, público sino también a lo privado de la casa, podríamos realizar el
mismo ejercicio del artista encendiendo la TV y disfrutando del silencio de lo
escuchado.
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