martes, 21 de febrero de 2017


TÍTULO.
Palabras, palabras…
Galería Moisés Pérez de Albéniz.
C/ Doctor Fourquet, 20.
Hasta el 18 de marzo.

Yaiza González López.

Palabra, atendiendo a una de sus acepciones, "Representación gráfica de estos sonidos, que consiste en una letra o un grupo de letras delimitado por espacios blancos". Muntadas expande la posibilidad de la palabra hacia el espacio expositivo y urbano. La rebelión de la negritud procedente de la linealidad formal de la palabra en tanto a código lingüístico contamina dicho espacio blanquecino, propiciando su desintegración. Lástima que el marco depositario del vocablo limite dicha expansión por toda la galería Moisés Pérez de Albéniz. No obstante, al exponer palabras se produce el juego o fenómeno de la autoreferencialidad, donde la reflexión acerca de las posibilidades del mismo lo propicia el término dado.      
 Retomando, la forma adaptada a varios contenidos, un significante lingüístico extenso hasta el código audiovisual con varios significados, en sí, conceptos que podemos atribuir a dicho término. Esta potencialidad variable de los términos expuestos por el artista en el contexto presente, presentan una posición crítica frente a quien produce dicho proceso de contaminación sobre la palabra, y con ello, sobre la acepción del término, más allá de lo terminológico, recibida por el segundo factor comunicacional, el receptor. La cuestión de la mutación, y en cierto sentido romántico, la pérdida esencial del original posibilita sobre "democracia, debate, ideología..." la unión de tantas otras.
Esta pérdida o modificación, puede transgredirse hacia actos en sí, un apretón de manos como cierre de un pacto u acuerdo, la arquitectura pragmática que engloba un despacho, se presentan de manera inherente a otro término de moda, la corrupción, citando a La Palabra: "No sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha".

 No hay aval de ningún tipo justificado por quien es el emisor, el espacio dado, o en general el contexto. Con ello introducimos, una tercera línea de trabajo, la interactuación de Palabras, Palabras... en tanto que imágenes, con las dadas por el canal fotográfico, noticiero y televisivo, donde equiparablemente a la comparación artística, se dispone un sistema de selección exhaustivo, con ello, creador de realidades donde operan la palabra y la imagen seleccionadas de manera simultánea y estratégica, en función de la representación/percepción que quiera construirse del político en cuestión, y con ello del discurso. De igual forma, Muntadas nos selecciona diferentes voces (palabra más sonoridad), no unidas a una corporalidad, ni siquiera unidas a una persona, la voz Rajoy dicta "España se ha puesto en marcha" pero no es Rajoy quien construye la palabra, es quien tiene la potestad representativa de transmitirla. Encontramos, por fin, el revestimiento de Kang y Kodos en Ciudadano Kang de Los Simpson. Concluido con una sobre posición de multitud de voces, verborrea símil a la decadencia visible en el accidente llevado por cada concepto expuesto anteriormente. Este cuerpo que no está, no desaparecido sino eliminado, evidencia el vacío de un foco inoperante, de nuevo la pérdida y la concentración en la verdadera obra. Pisamos y acallamos a La libertad guiando al pueblo, para atender a lo visible y a lo sonoro, al ON desconocido, por algunos, y revelador de los micrófonos.

Frente a la voz incesante, la imagen permanente; la televisiva, donde la pérdida tratada sobre la palabra es llevada al extremo, ironización del uso de poder, lo único visible es la imagen que habla pero que no dice nada, verborrea convertida en verborragia, contraposición a lo encontrado en las obras términos. Enmarcado en el aparato tecnológico extensible no solo a lo urbano y político, por tanto, público sino también a lo privado de la casa, podríamos realizar el mismo ejercicio del artista encendiendo la TV y disfrutando del silencio de lo escuchado.

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