Beatriz R. Espinosa
Martín
Ficciones y territorios: Arte
para pensar la nueva razón del mundo.
Museo Nacional de Arte
Contemporáneo Reina Sofía
Comisario: Cristina Cámara,
Manuel Borja- Villel, Beatriz Herráez, Lola Hinojosa y Rosario Peiró.
Del 26 de octubre al 13 de
marzo de 2017
¿Recuerdan el taller de Francis Bacon? Pues esta exposición
haría las delicias de los amantes del caos. La muestra está dividida en ocho
secciones en las que se exhiben piezas adquiridas por el museo, y que forman en
su conjunto una acumulación de obras desde la década de los 80 hasta los
inicios de la primera década del siglo XXI. Se pretende conseguir un resultado demasiado
ambicioso por su complejidad, ya que se reúnen un gran número de obras,
artistas y numerosas ideas.
El planteamiento central sobre la gira la muestra es el
cuestionamiento del Estado- nación moderno y su decadencia frente al mercado
global. El sistema neoliberal aboga por la autorregulación de la economía, se
preservaba la total libertad de un mercado que cada vez se hacía más cerrado y
autoritario. Esta exposición pretende mostrar un sistema decadente en el que
importa el aquí y el ahora, y todo se
convierte en una mercancía como demuestran las ciudades actuales basadas en el
capitalismo y el consumo. Para ejemplificarlo, utilizan el caso español, y
muestran las transformaciones sociales y la especulación inmobiliaria de la
Barcelona post- olímpica y de algunos barrios madrileños como es el caso de la
obra de H. Haacke, consistente en una serie de fotografías de las calles
abandonadas del ensanche de Vallecas,
fruto de la época de máxima efervescencia de la burbuja inmobiliaria.
El recorrido continúa en una sala dedicada a los territorios
no gobernados, todos ellos espacios en conflicto originados por el
cuestionamiento de su condición y legitimidad como Estados independientes y la
definición de sus fronteras. Personalmente, me parece interesante la variedad
de soportes que se concentran en este espacio, y que permiten dar una visión
más amplia al espectador de esa alteridad negada.
En 'Analogue', Z. Leonard documenta algunos de los efectos de
la globalización en el paisaje comercial a través de la acumulación de
fotografías (más de 400) de tiendas cerradas, escaparates, puestos de
mercadillos, carteles de publicidad, estantes de tiendas, etc. La decisión del
artista de hacer su obra en analógico es una critica a la obsolescencia
tecnológica, usando también herramientas como la repetición y la acumulación
para reiterar la idea de caducidad inmediata del mundo contemporáneo.
La exposición continúa, con una serie de espacios, entre los
que personalmente no puede establecer una conexión clara, ya que no encontraba
entre ellos elementos comunes o de continuidad, lo que hace que se desvíe la
atención del espectador por esa multitud de espacios inconexos entre sí, lo que
provoca que resulte una exposición confusa y larga, que toca superficialmente
los temas y termina siendo frívola en vez de crítica.
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