Fechas: 20 enero –
7 mayo de 2017
Institución:
CA2M con la coo-producción de MARCO
Comisario:
Manuel Segade
Descripción: “Desde 1992, Cabello/Carceller (París, 1963/Madrid, 1964)
desarrollan un proyecto artístico común centrado en una crítica de la cultura
visual hegemónica. Herramientas de la teoría feminista, queer y decolonial, los
estudios visuales y culturales les han servido a lo largo de los años para
producir un cuerpo de trabajo que pone en cuestión el modelo neoliberal de
producción social. Mediante prácticas interdisciplinares ofrecen alternativas a
los relatos convencionales sobre las minorías políticas, incluyendo en ellas la
discusión sobre el papel de la producción artística contemporánea. Su método,
basado en la colaboración mutua y en la incorporación de actores y agentes
externos, les ha permitido dar representación a desplazamientos y desajustes
que revelan resistencias y divergencias frente a los valores establecidos.
Después de su presencia en el Pabellón Español de la última Bienal
de Venecia, esta exposición es la primera revisión retrospectiva de su
trayectoria, que permite situar sus últimos proyectos dentro de un contexto que
arranca en las Guerras Culturales de finales de los ochenta —su época de
formación— hasta las revueltas sociales contra el regreso al orden neoliberal
de los últimos años.
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Se editará un catálogo de la muestra.
By Alvaro Orosa Talarewitz
Aunque al
decir de Peggy Gugenheim, “aquello que está de moda ha dejado realmente de
estar de moda”, y es que las cuestiones feministas nunca han estado en un
estado tan candente como ahora mismo, en la exposición de Cabello y Carceller.
Si contemplamos seriamente la pregunta ¿qué es el arte contemporáneo?, no
podría describir, al menos tal y como las expone el CA2M, una mejor temporada
de contemporaneidad perfecta. Es, desde todos los puntos que podamos intentar
plantearnos en torno a esa pregunta, una buena reflexión sobre lo que acontece
al arte como espacio desde 1990.
Pero, ¿A qué
me refiero con una reflexión del arte como espacio? Concretamente estoy
pensando en la obra publicada por Sternberg-Press de título “What is contemporary art? E-flux journal”
donde a través de varios ensayos se trata de responder a lo que, en mi más
humilde opinión, es una de las preguntas más complejas que se ha tratado de
responder hasta el momento. Así podremos encontrar que el arte contemporáneo es
el espacio de la subversión, un lugar para la lucha y la rebeldía a través de
la imagen. Si a través de las series que nos muestran las artistas y el
comisario en la exposición, no podemos detectar una afilada ironía que sirve
como un arma de guerra, no sé en qué exposición podremos encontrarla. Casi
recuerda a la cita que se puede extraer de la famosa serie de televisión
producida por el canal privado HBO, “Game of Thrones”, donde el personaje
Tyrion Lannister exclama “Nunca olvides lo que eres. El resto del mundo
no lo hará. Llévalo como una armadura y nunca podrá ser utilizado para hacerte
daño". De esta manera términos como “bollo”
para referirse a la condición del lesbianismo quedan desmantelados.
No obstante, el arte contemporáneo no es solamente un espacio de
guerra, sino que además es en cierto modo el espacio de la memoria, al tiempo
que es el espacio del olvido, y el espacio donde se está llegando tarde. Con
series fotográficas de piscinas vacías y algunos locales en el momento de la
post-party nos queda perfectamente clara la concepción sobre olvido y memoria
en constante lucha. Es una realidad tan cierta como cualquier otra, que la
mente humana es subjetiva, y que además para desgracia de algunos y fortuna de
otros tiende hacia el olvido. Tiende a olvidar el porqué de las luchas o el
peso de los sacrificios que se hicieron para conquistar algunos de los ideales
que hoy en día disfrutamos. Por tanto, es de extrema relevancia el espacio de
la memoria que Cabello y Carceller nos prestan, una especie de voz perdida que
quiere susurrar “no olvides que perdimos para poder ganar…”
Guerra, memoria y presente. Tal vez no nuestro presente más inmediato,
pero sí su presente. De esto trata todo esto, desde alguna perspectiva más
concreta de eso ha ido gran parte del arte a lo largo de la historia: de
capturar el presente que la rodea, de ofrecerlo al mundo, para que, de esta
manera, tal y como aquellos seres extraños de la película Mad Max “seamos
testigos”, para que podamos algún día ofrecer testimonio de lo ocurrido. De
igual manera las fotografías y videos de la exposición, de una rabiosa
actualidad, capturan a los grandes iconos de nuestro tiempo, haciendo cercano
el arte que representan, creando, tal vez, un entorno lúdico donde el
espectador realmente se sienta tocado. Y es que, por mucho que Peggy Gugenheim
le pese, aunque al estar de moda haya dejado de estar de moda, disfrutaremos
aún mucho tiempo del arte más absoluto, de unas contemporáneas perfectas.
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