"Palabras, palabras...", Antoni Muntadas
Galería Moisés Pérez de Albeniz, Madrid
Del 21 de enero al 18 de marzo de 2017
Marta del Castillo Bravo
“No
hay blancos ni negros, sino que siempre son matices grises que pueden ir
decantándose en una situación u otra”
Antoni
Muntadas para www.hoyesarte.com
22/11/11
Gobierno, Miedo,
Transparencia, Política, Vanguardia, Debate, Ideología, Retórica, Democracia y Demagogia. Son las palabras relativas a la exposición que se
presenta en la galería Moisés Pérez de Albeniz de Madrid con el título de “Palabras,
palabras…”. El concepto de toda la serie de obras presentadas en los tres
espacios de la galería sigue la línea de open
work propia de Muntadas, en la que los proyectos no son cerrados sino que
entran en diálogo unos con otros a través de toda su carrera artística, que no
es poca. Desde los años 70 Muntadas ha llevado a cabo una práctica del arte
inclusiva entre las ciencias sociales, el arte y los medios, que le ha dirigido
siempre a la interpelación del espectador desde su propia evidencia como sujeto
espacial e histórico, es decir, contextual. La relevancia del contexto, una
experiencia legible dentro de unas coordenadas específicas y variable según su
ubicación, permite su reactivación de un modo transhistórico, así como una
reflexión dialéctica sobre los signos en la era de la comunicación mediática
contemporánea.
Como
comenta el artista, estas palabras podrían ser muchas más basadas en el uso que
los mass media y la práctica política hacen del lenguaje
común. Las impresiones de éstas se ubican en dos salas distintas, en pequeño y
gran formato, y acompaña a su significación un documento de los primeros años
de carrera artística en el que dibuja de forma esquemática y abocetada la idea de
que, en el abuso del lenguaje, las palabras pierden valor. Efectivamente, el
impacto visual de las piezas muestra la degradación del valor y la capacidad
práctica que hoy en día pueden tener estos significantes, que no son
accidentales. Las diez palabras seleccionadas pertenecerían al campo semántico
de la cultura política de toda la historia occidental, y uno viviría otra época
si pensara que la retórica en la actualidad conserva el mismo uso y sentido que
en tiempos de Platón. Las palabras se disuelven ascendente o descendentemente con
alternancia de blanco/negro y “grises” en el proceso, a veces de forma más
nítida y otras de una manera difusa, que no es más que la analogía de los contextos
variados en los que los sentidos se alteran. ‘Eppur si muove’, sin remedio, y
muchas veces en el mal camino.
Muntadas
rescata para completar la serie obras de los 90 como Architektur / Räume / Gesten o Words:
The Press Conference Room, esta última actualizada a lo más reciente de
2017 con portadas de prensa del mes de enero de editoriales como La Razón,
Cinco Días, El Mundo, El País, ABC y Expansión. La selección tampoco es
arbitraria, sino que se corresponde con una línea editorial en sintonía con el
orden del sistema global: diarios económicos y de mercado o cómplices de las
políticas liberales y del conservadurismo español (abundan las caras de Aznar,
Cospedal y Rajoy). La prensa, uno de los mass
media históricamente más consolidados, se lleva la palma en el orden de la
manipulación de discursos y realidades a partir de la palabra. Sin embargo esta
palabra es cómplice de los agentes del discurso, de los personajes públicos que
desde la aparición de la radio y la televisión se han convertido en el eco
social, provocando una continua retroalimentación y desvirtuación del lenguaje.
Muntadas consigue transmitir el mensaje
rápidamente a partir de esta instalación en la que el montaje recrea una rueda
de prensa con un podio sin orador, pero con voces alternadas de políticos como
Thatcher, Trump o Rajoy a la par que en una televisión enfrentada se visualiza
a Mubarak, Cameron y Obama.
Por
todo esto, la capacidad de Muntadas para descubrir al espectador la
interpretación de los textos como construcción de sentidos inestables a partir
de lugares comunes es de una idoneidad nada pretenciosa y apropiada para los
tiempos que corren. Nada que objetar.
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