martes, 28 de febrero de 2017

Solo la melancolía tiene identidad

Borrador para una exposición sin título (CAP. II)
Comisario: Manuel Segade
Centro de Arte 2 de Mayo, Móstoles
Artistas: Cabello/ Carceller


Un borrador como un ensayo general en los que todos los actores saben el puesto que tienen que ocupar, o quizás un borrador como una última lectura en la que vamos a revisar las tildes sabiendo que no va a haber faltas de ortografía. Así, es este Borrador para una exposición sin título (Cap.II) en la que vemos la melancolía como protagonista, lo más desgarrador de la soledad y de lo ya acabado. El paso de la noche cálida y desenfrenada a una fría mañana de noviembre en la  que nadie quiere que amanezca porque el cielo en lugar de negro se va a convertir en gris; y a nadie le gusta el gris. O también el paso del verano al otoño cuando mojarnos pasa de ser un gusto a ser una obligación, cuando el sol se acaba y le hacen sombra. Entonces es cuando todo son gotas de desagües que caen a la misma velocidad en la que crece la tristeza o sino, en su defecto, vemos hierros oxidados que nunca me dejaban chupar con tres años (teniendo en cuenta la melancolía que dar recordar la piscina de la urbanización de cuando tenía tres años). Lo mismo sucede con el paso del tiempo, que cada día que se agotan en el mundo globalizado 24 horas, es como si hubiera más piscinas vacías y más discotecas recogiendo, en definitiva, más de este estado de ánimo de desesperación.
Así pues, ha sido en esta sala donde comienzo mi visita y entonces ya pude ver toda la exposición con un estado de ánimo concreto y eso conmueve a cualquiera y me hace ver que el arte sirve para absolutamente todo.

A mi parecer las artistas nos cambian de tercio y podemos ver que aunque con esa reivindicación de la igualdad por un lado; y protesta de la basura de sistema, que además de globalizado nos va dejando escombros a su paso, pasamos a ver personas imitando a los seres humanos más sensuales de la tierra. Así pues, con las fotografías de las artistas nos damos cuenta de que al parecer todos y todas coincidimos en que lo más bello es cuando se ve la sensualidad femenina en el hombre o viceversa, pero que aún así vivimos en un planeta heteropatriarcal. ¡Lo que nos gusta que Marlon Brando se cruce de piernas y que sea más relajado que el aire! Lo que sucede, es que parece que todo viene con algo en contra, y es que siempre se es demasiado macarra o demasiado poco macarra; o demasiado sensible o demasiado poco sensible. Y esto es para decir, menuda melancolía, o menuda rabia, eso de que nunca somos lo que se nos pide.

En definitiva, es como si viviéramos en un casting constante siguiendo las instrucciones para montar un mueble pero que no tiene esas piezas, porque creo que no hay nadie que sea una de ellas. Entonces, pienso, y quizás se trate de un camino que no tiene ningún final y simplemente estamos en una vida de pruebas constantes y lo que queremos es que nos admire alguien, empezando por nuestros padres, que evidentemente, nunca lo van a hacer. Y esto, que es lo más personal del mundo, me lleva a pensar lo que dicen Cabello/ Canceller, y es, que al final, lo personal es político, y sin duda, eso es algo maravilloso. En definitiva, tiene que tratarse de confiar, confiar en la identidad de uno mismo, que ni psicoanalizados se encuentra, pero por lo menos intentarlo. Y de esa forma, quizás hoy no se nos vea, porque el blanco sobre blanco cuesta verlo; pero yo lo he visto, y eso significa que todos podemos hacerlo, asi que mañana sí que se nos verá.


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