Palabras, palabras…
Galería
Moisés Pérez de Albéniz
C/
Doctor Fourquet, 20
Hasta
el 18 de marzo
Aitor
Merino Martínez
«El hombre cree que controla su destino,
cómo se ríen los dioses al oír esto»
La página en
blanco, Pilar Jurado
Pocas palabras hacen
falta para presentar al artista catalán Antoni Muntadas (Barcelona, 1942). Uno
de los máximos exponentes del arte conceptual español, pionero de la
videoinstalación y la utilización de la televisión como fuente, medio y
resultado, incluso me atrevería a decir que escenógrafo frustrado (sólo es
necesario recordar el monumental montaje de su exposición Entre/Between que se celebró en el Museo Reina Sofía en el año 2011).
Desde 1974 planteó la fusión entre el arte y la vida, y a lo largo de estas
décadas únicamente fue adaptando su preocupación por como los medios de
comunicación construyen las hegemonías a los nuevos medios que surgían. Como
reconocía en una conversación con Daniel Canogar en junio 2014: “El cambio de
los medios no me afecta, sólo me adapto y los incorporo en mi obra”. La rápida evolución que su trabajo vivió puede
verse actualmente en la Galería José de la Mano, que recuerda las
colaboraciones entre el artista catalán y la galería Vandrés entre 1971 y 1980.
La muestra Palabras, Palabras…, la segunda que
acoge la Galería Moisés Pérez de Albéniz de dicho artista, plantea una
reflexión sobre la construcción de la hegemonía política. Por un lado la
escenografía utilizada para su legitimación (1. 6 mai 94 o Architektur /
Raum / Gesten), por otro la utilización, manipulación y resignificación que
hacen del lenguaje. Los términos mutan, se metamorfosean y desaparecen en brumas
oscuras que los hacen ilegibles. La obra que mejor sintetiza las preocupaciones
de Muntadas es sin ninguna duda The Press
Conference Room, donde utiliza su tradicional lenguaje escenografiado para
reflexionar sobre como los medios de comunicación, aparentemente objetivos,
legitiman en sus artículos a un líder ausente que (ironías de la vida) sólo se
hace visible a través de una televisión.
No obstante, a lo largo
de toda la exposición no puedo dejar de sentir cierto simplismo en tan
teatralizado montaje. Las obras de Muntadas, caracterizadas por ir acompañadas
de una gran cantidad de información,
poco tienen que ver con estas grandes serigrafías que recuerdan más a su
época de artista público/publicista, entre cuyos eslóganes encontrábamos los ya
clásicos “Choose your weapon”, “This is not an Advertisement” o “Warning:
perception requires involvement”. Que el espectador debe posicionarse y
descubrir los recursos utilizados para la manipulación de la información
resulta una obviedad ante trabajos tan resultones que poco pueden aportar. En la conversación a la que anteriormente me
refería, Muntadas me comentaba su deseo de destruir la mayor parte de su obra
antes de morir. Es tal la cantidad de información que rodea a su trabajo que,
antes de que lo haga otro, prefería ser él quien destruyera lo innecesario y
legase únicamente aquello que aportase algo. De cumplir con su palabra, algo
que no estoy tan seguro de que sus galeristas consientan, estas impresiones
debían de servir como sacrificio o ser reutilizadas como cartelería urbana por parte
de algún colectivo antisistema. Es tan
realmente mínimo lo que aportan a su nutrida producción que no creo que nadie
pueda echarlas en falta.
Si dicha muestra
pretendía ejemplificar como los discursos ya no son creados por un líder/individuo
público si no por los medios de comunicación pseudoinformativos que juegan con
el lenguaje, mutan el significado de los términos y así legitiman el poder… lo
ha conseguido. Si pretendía iluminar a un espectador aparentemente desinformado
que desconoce dicha manipulación informativa… realmente dudo de su utilidad.
Recordar lo ya sabido, por muy estético que sea el montaje, es semejante a perder
el tiempo.
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