lunes, 20 de febrero de 2017

Palabras, palabras, palabras, palabras… y más de lo mismo

Palabras, palabras…
Galería Moisés Pérez de Albéniz
C/ Doctor Fourquet, 20
Hasta el 18 de marzo

Aitor Merino Martínez


«El hombre cree que controla su destino, cómo se ríen los dioses al oír esto»
La página en blanco, Pilar Jurado

Pocas palabras hacen falta para presentar al artista catalán Antoni Muntadas (Barcelona, 1942). Uno de los máximos exponentes del arte conceptual español, pionero de la videoinstalación y la utilización de la televisión como fuente, medio y resultado, incluso me atrevería a decir que escenógrafo frustrado (sólo es necesario recordar el monumental montaje de su exposición Entre/Between que se celebró en el Museo Reina Sofía en el año 2011). Desde 1974 planteó la fusión entre el arte y la vida, y a lo largo de estas décadas únicamente fue adaptando su preocupación por como los medios de comunicación construyen las hegemonías a los nuevos medios que surgían. Como reconocía en una conversación con Daniel Canogar en junio 2014: “El cambio de los medios no me afecta, sólo me adapto y los incorporo en mi obra”.  La rápida evolución que su trabajo vivió puede verse actualmente en la Galería José de la Mano, que recuerda las colaboraciones entre el artista catalán y la galería Vandrés entre 1971 y 1980.

La muestra Palabras, Palabras…, la segunda que acoge la Galería Moisés Pérez de Albéniz de dicho artista, plantea una reflexión sobre la construcción de la hegemonía política. Por un lado la escenografía utilizada para su legitimación (1. 6 mai 94 o Architektur / Raum / Gesten), por otro la utilización, manipulación y resignificación que hacen del lenguaje. Los términos mutan, se metamorfosean y desaparecen en brumas oscuras que los hacen ilegibles. La obra que mejor sintetiza las preocupaciones de Muntadas es sin ninguna duda The Press Conference Room, donde utiliza su tradicional lenguaje escenografiado para reflexionar sobre como los medios de comunicación, aparentemente objetivos, legitiman en sus artículos a un líder ausente que (ironías de la vida) sólo se hace visible a través de una televisión.  

No obstante, a lo largo de toda la exposición no puedo dejar de sentir cierto simplismo en tan teatralizado montaje. Las obras de Muntadas, caracterizadas por ir acompañadas de una gran cantidad de información,  poco tienen que ver con estas grandes serigrafías que recuerdan más a su época de artista público/publicista, entre cuyos eslóganes encontrábamos los ya clásicos “Choose your weapon”, “This is not an Advertisement” o “Warning: perception requires involvement”. Que el espectador debe posicionarse y descubrir los recursos utilizados para la manipulación de la información resulta una obviedad ante trabajos tan resultones que poco pueden aportar.  En la conversación a la que anteriormente me refería, Muntadas me comentaba su deseo de destruir la mayor parte de su obra antes de morir. Es tal la cantidad de información que rodea a su trabajo que, antes de que lo haga otro, prefería ser él quien destruyera lo innecesario y legase únicamente aquello que aportase algo. De cumplir con su palabra, algo que no estoy tan seguro de que sus galeristas consientan, estas impresiones debían de servir como sacrificio o ser reutilizadas como cartelería urbana por parte de algún colectivo antisistema.  Es tan realmente mínimo lo que aportan a su nutrida producción que no creo que nadie pueda echarlas en falta.


Si dicha muestra pretendía ejemplificar como los discursos ya no son creados por un líder/individuo público si no por los medios de comunicación pseudoinformativos que juegan con el lenguaje, mutan el significado de los términos y así legitiman el poder… lo ha conseguido. Si pretendía iluminar a un espectador aparentemente desinformado que desconoce dicha manipulación informativa… realmente dudo de su utilidad. Recordar lo ya sabido, por muy estético que sea el montaje, es semejante a perder el tiempo.  

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