martes, 21 de febrero de 2017

Llueve sobre mojado

Raquel Daza Rodríguez 
Llueve sobre mojado 

Palabras, Palabras, Antoni Muntadas. 
Galería Moisés Pérez de Albéniz. 
21 de enero – 18 de Marzo de 2017. 
Daniel Fernández Cañadas. 

Esta exposición de Muntadas no podemos analizarla con el mismo criterio utilizado en otras a las que hemos acudido, visitado y criticado, las cuales se caracterizan por un proceso de comunicación que podríamos denominar como "monólogo", es decir, el espectador observa, procesa y finalmente comprende el mensaje que él, o los diferentes artistas, nos quieren mostrar. Sin embargo en Palabras, Palabras, nada más cruzar la puerta, nos hallamos en pleno diálogo, que fluye incesantemente. Un dialogo que se produce a diario en los espacios públicos, que se encuentra constantemente en las bocas de los ciudadanos, llenos de indignación, y que ahora, en 2017, inunda por primera vez un espacio expositivo. 
Esta consternación generalizada viene dada por el mismo motivo que se trata en la exposición, la manipulación de los discursos políticos, las mentiras programadas, el robo descarado del significado de las palabras, eso es, las palabras robadas. Cuando Duchamp colocó un urinario en un museo le arrebató completamente el significado intrínseco y convencional de éste, resultando así ser un objeto que a primera vista reconocemos pero que ha perdido esta función, esto es lo mismo que ha pasado con las palabras que escuchamos día a día en los medios de comunicación, promesas llenas de palabras vacías, que los políticos, al igual que hizo Duchamp, les han robado su contexto, y s aún su significado. 
Este proceso Muntadas lo plasma a la perfección mediante algunas de sus obras, en las cuales aparecen palabras como debate, demagogia, retórica etc. Y podemos ver como éstas se van desintegrando en píxeles, reduciendo el complejo y rotundo significado de estas palabras, tan significativas para la sociedad moderna, a la nada. 
Polibio, uno de los historiadores griegos más importantes, identificó un proceso llamado anaciclosis, una teoría que afirma y describe la secuencia de sucesión de remenes políticos, afirmando que es un ciclo indestructible provocado por la degeneración de éstos, obviamente causada por el ser humano y su gran capacidad para la degradación. Distingue seis etapas que se suceden cada vez que un régimen se degenera o entra en crisis:  monarquía, tiranía, aristocracia, oligarquía, democracia, oclocracia o demagogia.  
Actualmente la situación política mundial se halla sumida en una oclocracia, es decir, en la  degradación de la democracia. El origen de esta degeneración es una desnaturalización de la voluntad general, que deja de ser general cuando comienza a presentar vicios en sí misma, encarnando los intereses de algunos y no de la población masiva, pudiendo tratarse ésta, en última instancia, de una "voluntad de todos" o "voluntad de la mayoría", pero no de una voluntad general. 
Vivimos en un país gobernado por políticos imputados, que no tienen miedo a las represalias puesto que son inmunes a cualquier acción, que se llenan la boca en sus discursos repetitivos, empachándonos de palabras que carecen ya de significado como igualdad, transparencia, justicia. Palabras dirigidas a un público idiotizado por los medios de comunicación y la sociedad de consumo, que cree en estos papeles mojados, en estas promesas incumplibles una y otra vez, sin cansarse de chocar constantemente con este muro. 
El arte no solo tiene un fin estético, el arte debe reflejar el carácter y la situación de una sociedad, de un estado político, debe expresar la inquietud y la desaprobación de una sociedad, el arte es una revolución. En tiempos de la antigua Grecia lo mismo ocurrió, corrupción, desinterés, censura etc. Y aunque fuese siglos atrás la respuesta de los artistas fue la misma, la caricatura, la reivindicación, y por muchos años o siglos que pasen, mientras el ciclo siga repitiendose, la sociedad seguirá revolviéndose.

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