Zoom In
Espacio Mínimo
21 de enero al 11 de marzo de 2017
Javier Martín Silva
Maider López estrena su nueva trayectoria profesional con la
galería Espacio Mínimo realizando una triple exposición de tres proyectos
separados pero intrínsecamente relacionados tanto por su inspiración como por
su procedencia material. Cada proyecto se expone en una institución diferente, Zoom In en Espacio Mínimo, 25 People on 25 Hills, 25 People on 1 Hill
en ARCO, y Moving Stones en el Museo
Geominero de Madrid. Se presenta así un ambicioso macroproyecto cuya intención
es analizar la naturaleza y su relación con el hombre. Desde luego, el concepto
no es nada novedoso, si algo preocupó a los filósofos de todas las épocas fue
la naturaleza, en particular la del hombre, como así atestiguan los
innumerables tratados de innumerables pensadores al respecto. Tampoco resulta
algo innovador llevar esta temática al arte, los artistas no sólo han tratado
de imitar la naturaleza, sino que a través de sus obras buscaban un análisis
moral de la misma.
Zoom In, nos dice la artista, busca una
interacción entre lo general y lo específico. Cuando ella fue a la Capadocia se
quedó tan extasiada ante tal abrumadora belleza que su cerebro era incapaz de
procesar detalles. De ahí la necesidad de diseccionar el paisaje, extraer la
esencia de sus elementos particulares y plasmarlos materialmente. Si
teóricamente parece un planteamiento atractivo, su realización plástica deja
mucho que desear. La transformación de la Capadocia en unos azulejos
monocromáticos que se pueden encontrar en cualquier tienda de alicatados
resulta, cuanto menos, decepcionante. Para Aristóteles la naturaleza tenía
cuatro principios, sustancia, forma, causa y fin. Maider, con su deconstrucción,
convierte radicalmente estas cuatro características inherentes del paisaje,
cambiando su materia, figura, origen y su teleología, y, por lo tanto, no
alcanza su objetivo, la asociación de lo representado con la obra exige de una
explicación exógena que a duras penas ayuda a mantener el argumento.
Moving Stones parece un trabajo de campo de geógrafo,
pero solo lo parece. No hay ningún interés taxonómico, las rocas no se eligen
por su especifidad, ni por intereses analíticos. La señalización de las
coordenadas puede inducir a un pensamiento frío y milimetrado, aunque en
realidad es el puro capricho, el azar el que guía las acciones de la artista en
su poco meticulosa selección de los minerales. Un gesto que pretende abarcar el
impacto del ser humano en la naturaleza, obviando que el hombre forma parte de
la misma y que su modificación es simplemente inevitable, imaginar cómo sería
un paisaje sin presencia humana supone pensar un mundo sin humanos en su
totalidad.
People on 25 Hills, 25
People on 1 Hill es
quizás el proyecto más interesante de los tres. Presenta a 25 personas colocadas
en 25 colinas diferentes y a 25 personas sobre una misma colina, buscando una
reflexión sobre las diversas maneras de habitar el mundo, pero también se
podría extender a las formas varias de relacionarnos con el entorno y con
otros, es decir, una reflexión sobre el hombre como ser social. Curiosamente no
parece que haya una crítica hacia alguna de las formas de convivencia, ambas
aparecen de manera neutra, incluso positiva.
Maider López no convence con sus propuestas, pero el concepto
del proyecto puede seguir siendo explorado hasta obtener resultados más
satisfactorios. Por ahora toca conformarse con una obra que al menos parece que
fue divertida de realizar, una excursión a una de las zonas más impresionantes
de la tierra con un equipo de personas dispuestas a colaborar en un proyecto
común, y quizás, por su experiencia humana, sobrevive a su plasmación
artística.