martes, 28 de febrero de 2017

¡Atención! Zona en obras


Cabello / Carceller
Borrador de una exposición sin título (cap. II).
Del 20 de enero hasta el 7 de mayo de 2017
Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) – Móstoles.

A pesar de la creciente aceptación de las teorías queer por parte de la sociedad actual y de que ciertas conductas intolerantes son propuestas arcaizantes y están destinadas a la extinción para dejar lugar a una nueva sociedad renovada y renacida de sus cenizas. La realidad es que aún en el siglo XXI el grado de desconocimiento es muy notable. Por lo que una exposición que aborda estos temas es un espacio clave al cual todas las personas que componen la sociedad contemporánea se deben sentir exhortados a hacer uso y reflexionar sobre las ideas que se plantean durante toda la exposición. Que tienen mucho que ver con lo que construimos de nosotros mismos como personas y como aportamos a la creación de una sociedad común y al mismo tiempo pequeñas sociedades articuladas para diferentes fines. Por lo tanto se presenta como una exposición que viene a hablarnos de elementos que aunque asociados generalmente a movimientos de corte queer, habla de cada uno de nosotros en tanto en cuanto creamos nuestra propia identidad individual y ayudamos, con nuestra idea de individualidad, de vernos y entendernos tanto a nosotros mismos como a las demás personas, a crear una comunidad social con una serie de características específicas.

Durante la exposición de esta pareja de artistas, Cabello/Carceller, se abordan temas que pese a poder ser pensados como elementos muy diferentes entre sí siguen un hilo conductor muy concreto y se encuentran enmarcados dentro de un mismo sistema de pensamiento, que es justamente el que se trabaja en el espació expositivo, los temas de las teorías queer. Que ponen de manifiesto las teorías de género y las teorías homosexuales cuyas ideas se presentan a través de sus obras en las que muchas veces se transmiten de forma bastante literal. En sus obras hacen uso de la simbología y del lenguaje tradicional y/o vulgar asociado a las ideas que desean transmitir al espectador. Haciendo que su mensaje se difunda de una manera más directa e incluso se podría decir que sencilla. Al mismo tiempo que se busca la divulgación de todas estas teorías se toma conciencia y se pretende homenajear de alguna manera a las personas que han sido victimas de un sistema de pensamiento asociado a una sociedad tradicional y arcaica totalmente intransigente con el mundo queer y desconocedor de sus ideas. Se trabaja con la idea no sólo de la construcción de la identidad individual sino también con la idea de construcción del propio género y los roles que unidos a él se proyectan y/o asimilan recayendo sobre el individuo, con los elementos iconográficos que cada persona escoge de algún modo para definir su propia identidad. Se trata el tema del tercer sexo, o las personas hermafroditas. Se rehacen obras vinculadas con la segunda oleada feminista que hoy consideramos como obras icónicas dentro de este movimiento...

Todas estas ideas que se plantean durante la exposición pretenden tener un papel transformador en el mundo real, cotidiano y contemporáneo, pretenden obligar de alguna manera a que el espectador se para a reflexionar sobre sí mismo, sobre el entorno, sobre como ha estado entendiendo y viviendo su propia existencia y la de los demás. Pretende construir y destruir, construir un tiempo presente en el que se tengan en cuanta las teorías queer y que estudie en base a unas ideas concretas, que sea más tolerante, más abierto, con vistas a un verdadero progreso social y al mismo tiempo pretende que sirva para destruir los elementos negativos que componen la mentalidad asociada a la todavía anquilosada sociedad actual en la que nos desenvolvemos día a día y muchas veces no nos paramos a pensar cuales son sus entresijos.

Catherine Proy



“Lo que yo haría sólo mío es un secreto”/ Off Escena: Si yo fuera...


Borrador para una exposición sin título (Cap. II)
Cabello/Carceller
Comisario: Manuel Segade
CA2M
Del 20 de enero al 7 de mayo de 2017

Marta del Castillo Bravo

La exposición retrospectiva del colectivo Cabello/Carceller en el CA2M comienza con un espacio de “archivo” que funciona como declaración de intenciones: “arrancar una exposición con una cronología es tradicional, pero no lo es cuando es propia y simultánea, como lo son las piezas que en ella se presentan”. Efectivamente, se trata de apropiarse y resignificar el texto, que en este caso combina los avances en materia de género y poscolonialismo desde el XVI con la trayectoria artística del colectivo, base de la línea de investigación y producción que han desarrollado desde su creación en 1990. Pero apropiarse del texto es también deconstruirlo (Derrida es una de las referencias en este espacio y diría que en toda la muestra), desdoblarlo y representarlo en cada una de las situaciones y voces que las artistas nos muestran en diálogo con el pasado. A raíz del encuentro entre esta breve introducción cronológica-bibliográfica y las piezas de la exhibición, flota en el ambiente la impresión de que hay unas realidades vivas, una resistencia de cuerpos con sus propias cronologías e historias más allá de los papeles asignados.

Y así es como se experimenta el recorrido. La disposición en loop sintoniza con la idea de que no hay principio ni fin preconcebido, sino lecturas abiertas y subjetivas, y se agudiza mucho más cuando las piezas que organizamos mentalmente en un espacio delimitado se descontrolan y diluyen por el resto de las salas. Esto es lo que sucede con la serie fotográfica Drag modelos (2007-en proceso) que combina retratos en gran formato sobre influencias cinematográficas a partir de la selección de estéticas masculinas por parte de diferentes sujetos europeos, en la mayoría de los casos acompañados de las transcripciones de sus discursos. La clara intención de re-politizar los cuerpos como forma de disidencia frente las identidades impuestas y dirigidas desde ‘lo social’ se manifiesta en los márgenes de una ficción desde lo real, como en la pieza que presentaron en el Pabellón español de la Bienal de Venecia (2015) El estado de la cuestión_un ensayo performativo. El foco se dirige hacia las minorías LGTB incluyendo lo decolonial, y concluye con una reapropiación de los sistemas de representación política: El drag es político, con la idea de actualizar las demandas de la famosa consigna de la tradición feminista de que “lo personal es político”. La muestra incluye también instalaciones en vídeo de una calidad notable, tanto en la formulación como en los medios. La apropiación de la técnica brechtiana del extrañamiento desde el desvelamiento de los contextos espaciales, la deconstrucción misma de los actores por la voz del narrador,  los cortes e interrupciones o la toma de posición del performer que desvela su condición activa y que demanda lo mismo en un espectador pasivo, etc. funcionan de manera inmediata. Resaltar sobre todo algunos que incluyen sujetos amateurs como Off Escena: Si yo fuera… (2010-11) o Bailar El género en disputa (2013-15) a propósito de la identidad performativa.


Las lecturas de la exposición pretenden emerger desde los márgenes sistémicos y crear sus propios discursos, relatos y temporalidades. El colectivo sintoniza con las propuestas post-feministas desarrolladas a partir de los años 90 (con Judith Butler o Eve Kosovsky Sedgwick entre muchas otras) o la teoría queer, donde lo fundamental es asumir las subjetividades como agentes inestables, en continua negociación con su identidad, frente a los comportamientos, estéticas y construcciones tradicionales que todos asimilamos como una forma de “inconsciente social” (término de Fromm rescatado por Terry Eagleton en Cultura, Taurus 2016). Finalizar el tránsito frente a la pieza Donde todos son culpables, nadie lo es (After Hannah Arendt) (2017) que visibiliza las víctimas de la LGTBfobia y suspendida sobre el High-Rise de Sergio Prego (¿casualidad?) deja, pese a todo, una sensación de mínima satisfacción (que no complacencia) hacia la producción del colectivo. 

Time for queering


 
Borrador para una exposición sin título (cap.II) Cabello/Carceller
Comisario: Manuel Segade
CA2M Centro de Arte Dos de Mayo, Móstoles, Madrid.
20 de enero- 7 de mayo de 2017

El término Queer  fue creado e integrado en la sociedad por personas que no se sentían identificadas con la rigidez de ciertas categorías como "homosexual", "gay" o "lesbiana", y que comenzaron a autodenominarse queers a partir de los años noventa, resignificando positivamente un término en inglés que se usaba de manera despectiva hacia los diferentes postgénero, traducible como "raritos" o "retorcidos". Consideraban que estas etiquetas están impuestas por una cultura dominada por la heterosexualidad, en un sistema indudablemente patriarcal.

En la España de principios de 1990 ocurre lo mismo que había pasado con el término anglosajón queer, ciertos grupos como Lesbianas Sin Duda (LSD) o la Radical Gai adoptan palabras como bollera o maricón, anteriormente sólo despectivas, para autodefinirse y para crear una militancia diferente que no se dirige al Estado pidiendo subvenciones, leyes o regulaciones, sino que trabaja en otras líneas políticas independientes y reacias a la integración en el sistema heterosexual dominante. Podemos ver una clara referencia en la exposición sobre este momento, con el vídeo Bollos, de 1996, que muestra una acción muda y sencilla, lo largo de la cual las artistas se comen sendas bambas de nata frente a la cámara con una expresión hierática, casi de aburrimiento.

Es realmente imprescindible conocer el origen y significado de esta palabra puesto que es el epicentro de esta exposición, cuya finalidad es abrir a estos grupos marginados los espacios expositivos, antes clausurados para éstos, y darle la oportunidad al público de entender y conocer este fenómeno social que ha sido implacablemente censurado, y tratado como si de un espectáculo se tratase.

En la exposición predominan las performances, los protagonistas de éstas son, como hemos mencionado antes, personas excluidas o de la sociedad, como mujeres presidiarias, transexuales, inmigrantes etc. Que denuncian el trato que reciben en nuestro país, en nuestro continente, una Europa que se jactaba de su espíritu igualitario, de su open-mind, y que finalmente ha caído en las garras del terrible neoliberalismo que gobierna el mundo, y que trae penosas consecuencias para el ser humano, como algunas de las que nos muestran en esta exposición.

Esta desigualdad es mostrada por las artistas de una forma polifacética, mediante distintos soportes, utilizan tanto la performance, el video, la fotografía, y un gran registro documental, en una exposición de abundantes obras que no está acabada, sino que las artistas añaden obras si lo ven necesario. Otro rasgo curioso es la yuxtaposición y contraposición de discursos y momentos más antiguos o actuales, con un sentido de complemento unas de otras, hecho que calificamos como muy acertado, puesto que resulta absurdo en muchas ocasiones como se intenta imponer un orden temporal lineal a ciertos sucesos y movimientos, cuando es algo utópico e irreal, más bien se trata de unos hechos intermitentes, fruto de un trabajo continuado.

Como hemos mencionado antes, este tipo de reivindicaciones comenzaron a ver la luz a principios de los años noventa, y actualmente pocas personas son capaces si quiera de definir con exactitud lo que es un transexual, obviamente no es un hecho casual, el principal motivo es la censura y la marginalización dirigida hacia estos temas en la sociedad en la que vivimos. Por este motivo, habría que agradecer a estar artistas y a muchos más, la presencia en su obra de imágenes, videos y textos que reivindican la igualdad de los seres humanos, que piden por todos nosotros la presencia de una educación desde niños, basada en la diversidad, en la imaginación, la tolerancia, y por supuesto, el respeto.

 

 

 

Cuando dos ya no son dos

Borrador para una exposición sin título (Cap II) Cabello/Carceller
Exposición del 20 de Enero al 7 de Mayo CA2M
Comisario: Manuel Segade

Sofía Abelaira Barrera Orosa

El CA2M expone en su tercera planta una retrospectiva de la obra de Cabello/Carceller (París, 1963/ Madrid, 1964) son dos artistas que comenzaron a trabajar juntas en el año 1992 desarrollando un proyecto artístico común centrado en una crítica de la cultura visual hegemónica. Debemos destacar que no se puede entender una sin la otra, ambas forman un todo, un único artista y esto es algo clave en toda la exposición. A lo largo de las salas encontraremos la reivindicación del amor homosexual y de la libertad de ser uno mismo, también hallaremos su propia reivindicación, la reivindicación de ser dos artistas que desarrollan un único trabajo común. Es una exposición llamativa y estética, llena de fotografías, videos, performance, etc. Esta retrospectiva nos permite pasearnos y observar todo el trabajo de las artistas, debemos entenderlo como un trabajo continuado e intermitente, nunca como una evolución o progreso. De hecho esto es algo que se ve reflejado desde las performances del principio Un Beso y Bollos hasta la serie que sitúa al final Archivo: Drag Modelos.

Como ya he mencionado antes, se compone una exposición muy visual y estética, pero esto no contradice la obra que, a pesar de ser “bonita”, porta un mensaje absolutamente rotundo. Debemos destacar tres series que podrían tratar de resumir la obra de Cabello/Carceller: Sin título (Utopía), Alguna parte y Archivo: Drag Modelos. La primera expone otro punto de vista a las piscinas de David Hockney, piscinas donde se ensalzaba el poder y la masculinidad. Para Cabello/Carceller estas piscinas están vacías, desprovistas de cuerpos esperando a que llegue el verano, viviendo en un continuo otoño. Está serie está situada en la misma sala que las fotografías de Alguna Parte; podemos decir que a pesar de ser distintos espacios y ser de diferentes fechas (1998, 2000) se complementan una a la otra. Primero debemos destacar que esta serie fotografía la calma después de la tormenta, el momento posterior al espectáculo, (como la proyección The End que encontramos al principio) casi parece imposible que en ese lugar se estuviera viviendo una fiesta. Ambos son espacios desprovistos de personas, melancólicos, incluso hasta románticos, son espacios que reivindican la liberación de la mujer, de la represión sexual, pero todo ello desde un punto de vista distinto, crítico pero no sangrante.

El Archivo: Drag Modelos es la serie más grande de toda la exposición y la que más me gusta, considero que en esta muestra las artistas despliegan una crítica a lo hetero-normativo y a la masculinidad de una forma brillante, ponen de manifiesto la idea de dobles sobre la que han trabajado de forma insistente (podemos encontrar esta idea a largo de toda la exposición). Los diferentes actores adoptan la posición del personaje cinematográfico que han elegido, de esta forma Cabello/Carceller crean otro discurso. Puedes pasarte horas leyendo y observando estas fotografías, crean una historia alrededor del personaje que lo vuelve veraz, ya es otra cosa.

Cabello/Carceller llevan a cabo una exposición muy estética, realizan una crítica socio-política desde un punto de vista más romántico y atractivo, esto hace que la obra se vuelva más cercana al espectador, que la crítica cale desde un punto de vista menos sangrante pero igual de doliente que otros, bajo ningún concepto suavizan el mensaje, es más creo que es grito a la libertad. Son dos artistas sumamente brillantes, dos artistas que forman un todo, unen sus impulsos y lo convierten en arte. Es una exposición necesaria para entender el mundo que nos rodea y del que no somos tan conscientes, para conocer nuevas formas de manifestarse a uno mismo y para entender lo libre que puedes llegar a ser. 

La lucha de género es la verdadera contemporaneidad

Borrador para una exposición sin título (cap.II). Cabello/Carceller
Centro de Arte Dos de Mayo
Exposición del 20 de enero al 7 de mayo de 2016.
Rocío Martínez Martínez

La exposición que nos presenta el Centro de Arte Dos de Mayo está comisariada por Manuel Segade director de dicho centro y coproducida con el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo. Las obras que se muestran pertenecen a una selección variada que han realizado a lo largo de su carrera las artistas Helena Cabello y Ana Carceller colaboradoras desde los años noventa, cuyo trabajo se centra en la crítica de los modos de representación hegemónicos evitando con ello en sus obras, lo que entendemos como “académico” por ello nos muestran un espacio teatralizado, con fotografías, obras performativas y audiovisuales, donde actrices representan papeles de una forma muy diferente caracterizada sobre todo por la sobriedad.

Con sus obras, quieren crear un discurso cronopolítico y dar a entender que sus trabajos más antiguos también forman parte de sus obras más actuales, que no tienen principio ni fin, con un camino cuyo inicio en la exposición es una serie de referencias bibliográficas, con una cronología subjetiva, que tienen que ver con hitos importantes dentro de la historia del género comenzando en 1586, donde el espectador va contextualizando hechos  pero al entrar en la exposición, se encuentra con un doble juego ya que aparecen las obras mezcladas, sin seguir un orden cronológico contrastando obras más antiguas y más recientes, enfrentándolas y  cambiando con ello, en muchos casos, sus significados y la forma de llegar al espectador. Para crear estas obras se sirven de mujeres en la mayoría de los casos, que componen performance u obras fotográficas aludiendo a personajes masculinos conocidos, algo que es de gran interés debido a que son ellas mismas, las que eligen el personaje que quieren interpretar, tratando de representar con ello los roles del género y a la vez, creando conflictos de identidad. Con ello también nos muestra la lucha de la comunidad LGTB en España convirtiéndolo en un tema de alteridad ya que según el tipo de público se puede sentir como mero espectador. Un ejemplo de esto, aunque bastante radical, es la obra que nos muestra hasta cien nombres de personas que han sido víctimas de violencia por su condición homosexual.


Respecto a cómo está montada la exposición, a modo de retrospectiva, se puede decir que acerca al público a la obra de las artistas de una forma muy directa, debido a que la exposición está organizada a través de bloques temáticos, con temas transversales donde el espectador recorre las salas pudiendo observar en ellas la evolución de su trabajo. Es una exposición muy dinámica, con fotografías y vídeos donde podemos encontrar performance que, a mi parecer, hacen entender al espectador de una forma muy visual los conflictos tanto políticos como sociales que las artistas han tenido que atravesar a lo largo de su carrera. Además, pone al espectador en una situación de lucha y crítica, para que así pueda entender y revisar los movimientos feministas desde los años setenta. A mi parecer, el problema de  la gran densidad de obras es que puede llevar, en algunos momentos, a perder un poco la intención del discurso ya de sí complejo, debido a que tiene temas comunes pero en diferentes secciones de la exposición. Pero lo que sí es evidente, es que el espectador meditará en torno a todo el conjunto de obras que se muestra debido a que el carácter del trabajo de Cabello/Carceller dialoga a la perfección con el público de una forma muy crítica.

Esto no es una lucha cualquiera, es nuestra lucha, tengas lo que tengas entre las piernas.

Cabello/Carceller – Borrador para una exposición sin título (cap. II).
Centro de Arte Dos de Mayo
20 de enero – 7 de mayo


                                                                                          Karim Gómez Giralde

Hace  más de 40 años comenzó algo que a día de hoy seguirá siendo el pan de cada día, la reivindicación de la sexualidad, la destrucción del género binario, la libre elección de elegir quien quieres ser o directamente no ser juzgado por tu sexo. Son muchas las exposiciones que se ha realizado a lo largo de la historia para contribuir a esta lucha y llegar a todo tipo de público una reivindicación que juega con todo tipo de herramientas, en este caso la herramienta será la producción de Helena Cabello y Ana Carceller que a lo largo de su carrera han utilizado tanto escultura, como pintura, fotografía, instalaciones, perfomances para reivindicar la cuestión de género y apoyar la teoría queer. Uno de los recursos que vemos en la exposición es el de utilizar el lenguaje de la cultura de masas, jugar con personajes reconocibles de la mass media para cambiarles el género, siendo un ejemplo de cómo influencia en el trasgénero, como se ve en el caso de travestis famosos en los que siempre imitan un estilo o un modo de vestir o ser de alguien famoso, es jugar con ese rol para mostrar un género distinto al que nació y con el que se siente más cómodo.

La violencia también está presente en la exposición, una pared llena de nombres, solo algunos de los tantos nombres que debería aparecer, de cómo la lucha es necesaria pues a lo largo de estos años miles de personas han muerto a causa de la violencia homofoba que existe, insultos que se convierten en puños e incluso en armas, acabando con la vida de personas que no se sentían identificados con su sexo marcado por sus partes genitales. Como si de un memorial de personas que dieron su vida por la causa, estos nombres están aquí para recordarnos que la lucha debe seguir.


Siguiendo la reivindicación tenemos en el comienzo de la exposición una fotografía en la que las artistas aparecen como meando en un urinario de pie, es decir, juegan con el papel de una mujer utilizando el baño de hombres, con esta idea de que el baño es de todos, el centro 2 de mayo cuenta con baños sin género, es decir son baños a los que cualquier sexo puede entrar sin ninguna distinción sexual, algo que siempre se ha pedido por parte de los colectivos, por lo tanto la obra encaja perfectamente en el espacio. A la exposición le sigue una serie de videos en el que destaco el de Bollos, en la que ambas artistas aparecen comiendo unos bollos, hacen un juego de comerse los insultos homófobos que se suelen emplear constantemente para insultar al colectivo LGTB, y ellas le dan un significado de comerse los insultos e incluso utilizarlo en su vocabulario como sinónimo de que no hay miedo a este tipo de adjetivos vulgares. Mientras la lucha transcurre en las paredes del CA2M seguiremos recordando a Divine en Pink Flamingos provocando al espectador con actos como el comerse una mierda de perro o tendremos en mente el dialogo final de Con faldas y a lo loco en la que como Joe Brown le dice a Jack Lemmon, ¿Pero es que no me comprendes?: ¡soy un hombre! Y a lo que le contesta Nadie es perfecto, tras enseñarle que lleva una peluca y no es una mujer. Y es así como poco a poco llegaremos, a intentar al menos, poder combatir y ganar un terreno en el que no debería existir una lucha, en la que cada uno es como es independientemente si mea de pie o sentado. 

Cuando a la comida no se le echa sal

Borrador para una exposición sin título (cap. II). Cabello/Carceller
Centro de Arte 2 de Mayo
Comisario: Manuel Segade
Del 20 de enero al 7 de mayo de 2017

Javier Martín Silva

Cabello/Carceller son la unidad dual más representativa del arte de género español a nivel internacional, evidencia de ello fue su presencia en el Pabellón español de la Bienal de Venecia de 2015. El Centro de Arte 2 de Mayo de Móstoles recoge una muestra retrospectiva de la obra de estas artistas por primera vez con la intención de hacer una crítica demoledora a la hegemonía cultural del género pasado por el filtro del varón occidental. El comisariado corre a cargo de Manuel Segade, director del propio centro, por lo que la exposición se encuentra cuidadosamente elaborada, sin dejar ningún cabo suelto, todos los detalles están cuidados y la sensación es la de una limpieza absoluta, clínica. Este probablemente sea el mayor problema, la pulcritud del espacio seda unas obras creadas para despertar al espectador, golpear su conciencia y hacerlo reflexionar, objetivos imposibles que desaparecen en ese enorme cubo blanco que es cada una de las salas del centro.

The End es de lo mejor que hay en toda la exposición. Plantea si vivimos en el momento adecuado o, por el contrario, nos hallamos en un temporalidad neutra, en la que todo lo emocionante ha ocurrido o está por llegar. Nuestra vida como una sala de cine después de una proyección, el vacío más banal, buena metáfora del conjunto expuesto. La indiferencia es el sentimiento vertebrador que dirige al visitante por los distintos espacios, piscinas sin agua, bombillas rotas, dos bolleras comiendo bollos, una rebelión blanca sobre blanco. La vista pasa por encima de unas obras frías y apáticas que mueren en el mismo instante en que el ojo fija su atención en otro lugar. A veces hay fogonazos, no todo es tan insulso, por momentos parece que la sesión fílmica va a empezar, que ha llegado la hora de lo interesante, pero todo queda en puro artificio. Lo glacial da paso a una inocencia cándida, tierna, patética. Archivo: drag modelos presenta una serie de fotografías en las que personas anónimas se visten e imitan a sus héroes de infancia sin importar el género asignado, es así una crítica sin gancho, un niño que se enfrenta a un boxeador profesional, imposible que nadie humano no se coloque de su parte, pero el enemigo no tendrá piedad en destrozarlo. De la misma manera, El estado de la cuestión, tiene el mismo defecto, es un vídeo buenrollero en el que personas de distintas razas y preferencias sexuales ensayan en zona Schengen la ambigua canción I'm a mistery, matando dos pájaros de un tiro, critican las políticas migratorias europeas y la homofobia, resultando parecido al clásico anuncio de alguna marca de ropa archiconocida que trata de hacer de manera secundaria una crítica al racismo y la homofobia, por ello se queda en lo anecdótico. Lo mismo se puede aplicar a Casting: James Dean o a Bailar El Género en disputa #1 y #2, obras que apuntan bien a su objetivo, seguramente lo alcancen, pero esa victoria no tiene forma real de cristalizar de ninguna manera, no pasa de una mera ilusión que se desvanece en pocos segundos.

Poco más se puede comentar de una exposición tan insípida que recuerda a los melodramas edulcorados que amenizan las tardes domingueras. Un comisariado menos neutro habría ayudado a suplir la escasa fuerza intrínseca de las obras, pero esta ausencia hunde el conjunto en un agrio manifiesto que se asemeja más a una carta a los Reyes Magos que a una obra referencial para la lucha de género. Por lo menos es sólo un borrador.

                               

                                                  "Sin título”


Borrador para una exposición sin título (cap.II) Cabello/Carceller
Comisario Manuel Segade
CA2M.  Av. Constitución, 23, Móstoles, Madrid.
20 de enero- 7 de mayo de 2017



En la exposición que vi ayer en el centro CA2M, en Móstoles, Cabello/Carceller nos presentan una pluralidad de situaciones de “disidentes”, a partir de fotografías, vídeos, textos, graffitis, instalaciones,…. Helena Cabello y Ana Carceller  con sus obras realizan una crítica a las construcciones sociales ficticias, interrogando los modos de representación hegemónico. Nos proponen a los espectadores primero una reflexión y luego una invitación a la acción. Y animan a los protagonistas a luchar por el logro de sus sueños y deseos

Al entrar pregunté  en que orden debían ser vistas las obras, y me indicaron que estaban integradas en un circuito en el que yo podía elegir donde comenzar. Desde ese momento, "el espectador activo", formaba parte de la exposición, me encamine por el espacio teatralizado y enseguida entré en contacto con muchos protagonistas que experimentan en su vida desajustes  creados por una sociedad intransigente. Fui experimentando sensaciones y sentimientos encontrados ante estados de ánimo que se suceden y contraponen (alegría, amargura, felicidad melancolía,soledad y celebración,..)                   Fui entendiendo el verdadero significado del tiempo, los vacíos que crea en el espacio y su desaparición cuando encontramos con quién disfrutar el compartirlo. Y más tarde, apenas unas horas después, lo efímero a que reduce la obra del artista.

Del conjunto de obras de la exposición, la que más me impacto fue “El Estado de la Cuestión, un ensayo performativo”. Un video que se deja ver con mucha facilidad y en el que a través de cinco actos escarba en el deseo de huida de los jóvenes en la sociedad actual donde gracias a que todos somos culpables conseguimos que nadie lo sea. Me sacudieron las reflexiones de los jóvenes, sin duda fruto de una experiencia que no reconozco en mi: “no tenemos tanto tiempo como nos quieren hacer ver”, “el futuro nos mintió hace tiempo, en el pasado”, “la revolución es una realidad que la apariencia de normalidad no nos deja ver”,.. En plena juventud, estos “disidentes” que no encajan en ninguna parte, se envuelven en la tristeza y amargura, de la que solo la música y el baile de forma efímera podrán sacarles. Aquí encuentro uno de los gritos de Cabello/Carceller y otro intento más de que con él al arte podamos cambiar el mundo.



RMR

James Dean es maricón.


Título original 
Borrador para una exposición sin titulo (cap.II).

Artistas
Cabello / Carceller.

Lugar
Centro de Arte Dos de Mayo.

Fecha
20 enero - 7 mayo, 2017. 

Comisariado 
Manuel Segade.


Edgar Cárdenas.

"Las cabras habían obtenido su barba por una petición a Zeus, lo que provocó que los machos cabríos quedaran profundamente disgustados, y se quejaban de que las hembras los igualaran en dignidad. 
- Permitidles -dijo Zeus- que ellas disfruten de un honor vacío y que asuman la insignia de vuestro noble sexo, en tanto que ellas no os igualarán a vosotros en fuerza o coraje".
Las cabras y sus barbas - Esopo.

La fábula de Esopo, griego del siglo VII antes de Cristo, predice una de las muchas taras de la sociedad, el machismo. Puede que Esopo no sea una figura tan importante para el feminismo como Simone de Beauvoir, pero si que diagnosticó un problema que sigue hoy en día sin resolver. Un problema que en la actualidad puede llegar a combinar un feminismo profesado con la mujer real, teniendo en ocasiones un resultado nefasto, como puede ser la "Dirección General de la Mujer", una rama dentro de la jerarquía social/política que da nombre al problema, pero no solución. Una solución que en ocasiones viene dada por artistas, y no por políticos, como es el caso de Cabello y Carceller.

Cabello/Carceller son dos artistas que basan su trabajo en la colaboración mutua en busca de la teoría feminista. Los disturbios de Stonewall sirven para despertar a la sociedad de los años 60 y 70, era necesario una revisión por parte del aparato crítico de la sociedad.
La fiesta ha acabado, los focos apagados, el suelo esta pegajoso, y suena a lo lejos Perlas ensangrentadas de Dinarama con Alaska, Bailando de Astrud y Fotonovela de Iván, para los más románticos, los mismos que están haciendo el amor (follando escribiría Bukowski) en el sofá de cuero roto de la discoteca TITANIC (también llamada "Kapital" por los millennials). Esas noches donde el SIDA se consideraba una leyenda viva como ver piscinas vacías, pero la realidad fue otra al ver a Pepe Espaliú en volandas por Madrid, o las pintadas en el muro de Keith Haring en Barcelona. Una lucha en vano, como pintar un grafitti blanco sobre blanco, pero no era la única lucha. En ocasiones, el machismo se cuela entre nosotros como un resfriado en invierno, lo vemos normal. El prototipo de pro-hombre empresario o rebelde ciclado de gimnasio, ha hecho mucho daño en la sociedad, y en el término "atractivo". ¿Quién no se acostaría con James Dean?. Si eres mujer y tu respuesta es afirmativa, puedes dar la bienvenida a tu vida al "atractivo machista", pero no te asustes porque James Dean no te dejará, era gay. ¡Boom!. Suena en tu cabeza, acabo de derrumbarte el ideal machista como un yihadista bombardeando Palmira. Somos inocentes por naturaleza, y el machismo está maldito, como la higuera estéril del Evangelio de Marcos "promete mucho pero ofrece nada".
Creo que no he sido un espectador activo, siguiendo la definición de Manuel Segade "lector, dispuesto a «perder el tiempo» en el museo, sabiendo además que toda lectura es mala lectura", y mi lectura haya sido la correcto, junto con mi conclusión sobre la exposición. Una exposición, que en mi opinión, debería durar lo que dure el fin de loop y su listado de víctimas de la homofobia.

Posdata dirigida al director del CA2M: Hoy, 28 de febrero de 2017, un bus recorre Madrid con el siguiente eslogan "Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen".
Por favor Don Manuel Segade, intente hacer hueco en su agenda para una visita en grupo, desde mi humilde opinión, creo HazteOír lo necesita.

El género duplicado

Borrador de una exposición sin título (cap. II).
Cabello / Carceller
Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) - Móstoles.
Desde el 20 de enero hasta el 7 de mayo de 2017

David Arévalo del Pozo

“Borrador para una exposición sin título”, es una exposición realizada por Helena Cabello y Ana Canceller, dos mujeres que iniciaron su colaboración a principios de los noventa, y  que desde entonces desarrollan un trabajo interdisciplinar que utiliza diferentes medios de expresión,  performance, videos, dibujos… cuya intención es interrogar los modos de representación hegemónicos en las practicas visuales y proponer alternativas criticas. Las artistas ofrecen opciones a los relatos convencionales sobre las minorías socio-políticas, incluyendo en ellas la discusión sobre el papel de la producción artística contemporánea. Su método está basado en la colaboración mutua y en la incorporación de agentes externos, esto les ha permitido dar representación a desplazamientos y desajustes que revelan resistencias y divergencias frente a los valores establecidos, sobre todo a lo que concierne a la crítica de género. La exposición presenta las obras como un dispositivo de representación: un espacio teatralizado basado en la repetición, la mismidad y el juego de dobles, donde las obras y los tiempos se yuxtaponen para poner el acento en la actualidad permanente de su aparato crítico.

La exposición está concebida como una infiltración, contaminando la institución con un tipo de discurso que normalmente permanece invisible u oculto. Los diferentes espacios expositivos superponen diversos momentos de su trayectoria para restaurar la complejidad temporal de la experiencia vital más allá de la idea de un progreso lineal: las obras se refieren unas a otras en un sentido cronopolítico, donde las piezas más antiguas puedan entenderse como comentarios o referencias para la construcción del sentido de las más recientes. En un juego que se repite a lo largo de toda la exposición, las piezas más antiguas o de menor duración funcionan en cierto modo como apuntes al pie de otras obras, pero sobre todo como un medio para acortar distancias y ahondar en el concepto de retrospectiva no como evolución o progreso, sino como un trabajo continuado e intermitente.

El comienzo de la exposición se presenta como una sala de lectura, en la que hay documentación y referencias bibliográficas, acompañadas de una cronología subjetiva en relación con los movimientos y la teoría del género a escala internacional. Esto indica la necesidad de un espectador que esté activo, ya que crea una diferencia significativa con respecto a las intenciones de sus autoras; una desviación estimulada y acrecentada por el resto de la exposición. La cronología resalta hechos de pasado con respecto al presente, yuxtapone los hitos de una trayectoria a lo cotidiano de las conquistas y decepciones de las políticas de género y sus manifestaciones culturales.
La exposición presenta las obras como un dispositivo de representación. La proyección “The End” sirve de entrada a la exposición, así como las dos piezas que sirvieron para revisar de forma pionera el feminismo de los 70, “Un beso” y “Bollos”.
En la sala central está el Archivo: Drag Modelos pone de relieve la idea de dobles sobre la que las artistas han trabajo muchísimo. Modelos que han elegido un modelo sobre el que realizar su pose, del que apropiarse para demostrar como toda posición de géneros es siempre una copia y nunca un original.
La exposición se completa con varias obras especialmente relevantes, como “Suite Rivolta”, la proyección “Off Escena: si yo fuera…”
La estructura circular pasa por el acontecer: el listado de víctimas de la homofobia ocurre en la voz de un performer en una metáfora de esa epidemia de significación queer.
Esta exposición desarrolla su narrativa permitiendo la aparición de discursividades que normalmente se someten a la ocultación.

Una temporada de contemporaneidad perfecta


Fechas: 20 enero – 7 mayo de 2017
Institución: CA2M con la coo-producción de MARCO
Comisario: Manuel Segade
Descripción: Desde 1992, Cabello/Carceller (París, 1963/Madrid, 1964) desarrollan un proyecto artístico común centrado en una crítica de la cultura visual hegemónica. Herramientas de la teoría feminista, queer y decolonial, los estudios visuales y culturales les han servido a lo largo de los años para producir un cuerpo de trabajo que pone en cuestión el modelo neoliberal de producción social. Mediante prácticas interdisciplinares ofrecen alternativas a los relatos convencionales sobre las minorías políticas, incluyendo en ellas la discusión sobre el papel de la producción artística contemporánea. Su método, basado en la colaboración mutua y en la incorporación de actores y agentes externos, les ha permitido dar representación a desplazamientos y desajustes que revelan resistencias y divergencias frente a los valores establecidos.
Después de su presencia en el Pabellón Español de la última Bienal de Venecia, esta exposición es la primera revisión retrospectiva de su trayectoria, que permite situar sus últimos proyectos dentro de un contexto que arranca en las Guerras Culturales de finales de los ochenta —su época de formación— hasta las revueltas sociales contra el regreso al orden neoliberal de los últimos años.

Publicaciones:

Se editará un catálogo de la muestra.


By Alvaro Orosa Talarewitz






Aunque al decir de Peggy Gugenheim, “aquello que está de moda ha dejado realmente de estar de moda”, y es que las cuestiones feministas nunca han estado en un estado tan candente como ahora mismo, en la exposición de Cabello y Carceller. Si contemplamos seriamente la pregunta ¿qué es el arte contemporáneo?, no podría describir, al menos tal y como las expone el CA2M, una mejor temporada de contemporaneidad perfecta. Es, desde todos los puntos que podamos intentar plantearnos en torno a esa pregunta, una buena reflexión sobre lo que acontece al arte como espacio desde 1990.

Pero, ¿A qué me refiero con una reflexión del arte como espacio? Concretamente estoy pensando en la obra publicada por Sternberg-Press de título “What is contemporary art? E-flux journal” donde a través de varios ensayos se trata de responder a lo que, en mi más humilde opinión, es una de las preguntas más complejas que se ha tratado de responder hasta el momento. Así podremos encontrar que el arte contemporáneo es el espacio de la subversión, un lugar para la lucha y la rebeldía a través de la imagen. Si a través de las series que nos muestran las artistas y el comisario en la exposición, no podemos detectar una afilada ironía que sirve como un arma de guerra, no sé en qué exposición podremos encontrarla. Casi recuerda a la cita que se puede extraer de la famosa serie de televisión producida por el canal privado HBO, “Game of Thrones”, donde el personaje Tyrion Lannister exclama “Nunca olvides lo que eres. El resto del mundo no lo hará. Llévalo como una armadura y nunca podrá ser utilizado para hacerte daño". De esta manera términos como “bollo” para referirse a la condición del lesbianismo quedan desmantelados.

No obstante, el arte contemporáneo no es solamente un espacio de guerra, sino que además es en cierto modo el espacio de la memoria, al tiempo que es el espacio del olvido, y el espacio donde se está llegando tarde. Con series fotográficas de piscinas vacías y algunos locales en el momento de la post-party nos queda perfectamente clara la concepción sobre olvido y memoria en constante lucha. Es una realidad tan cierta como cualquier otra, que la mente humana es subjetiva, y que además para desgracia de algunos y fortuna de otros tiende hacia el olvido. Tiende a olvidar el porqué de las luchas o el peso de los sacrificios que se hicieron para conquistar algunos de los ideales que hoy en día disfrutamos. Por tanto, es de extrema relevancia el espacio de la memoria que Cabello y Carceller nos prestan, una especie de voz perdida que quiere susurrar “no olvides que perdimos para poder ganar…”

Guerra, memoria y presente. Tal vez no nuestro presente más inmediato, pero sí su presente. De esto trata todo esto, desde alguna perspectiva más concreta de eso ha ido gran parte del arte a lo largo de la historia: de capturar el presente que la rodea, de ofrecerlo al mundo, para que, de esta manera, tal y como aquellos seres extraños de la película Mad Max “seamos testigos”, para que podamos algún día ofrecer testimonio de lo ocurrido. De igual manera las fotografías y videos de la exposición, de una rabiosa actualidad, capturan a los grandes iconos de nuestro tiempo, haciendo cercano el arte que representan, creando, tal vez, un entorno lúdico donde el espectador realmente se sienta tocado. Y es que, por mucho que Peggy Gugenheim le pese, aunque al estar de moda haya dejado de estar de moda, disfrutaremos aún mucho tiempo del arte más absoluto, de unas contemporáneas perfectas.

Comentario sobre Borrador para una exposición sin título (cap.II) Cabello/Carceller

Beatriz R. Espinosa


Centro de Arte Dos de Mayo (Móstoles)
Comisario: Manuel Segade
Del 20 de enero al 7 de mayo de 2017


En primer lugar me gustaría agradecer a Manuel Segade su amabilidad y tiempo dedicados a presentarnos este espacio, que ya desde que uno cruza el umbral, contrasta violentamente con las calles que lo circundan y con toda la arquitectura del ladrillo que conforma el espacio urbano de Móstoles.

Me llama la atención que este centro artístico no sólo sea un lugar de exposición, sino que haya conseguido serlo también de producción y de reunión de jóvenes y adultos. Es una señal de que desde la dirección lo están haciendo bien, y reconforta ver que estos lugares están vivos y no son simples repositorios como la mayoría de museos que conocemos. Es cierto que el sitio tiene atractivos tan irresistibles como wi-fi gratis, calefacción y aire acondicionado, aparte de una terraza desde la que se ve todo Móstoles, y en la que nos comentó Segade que se llevan a cabo diversas actividades en verano, como conciertos, recitales de poesía, etc. Esto es lo que deberían plantearse como una de las principales metas los lugares dedicados a la cultura y el ocio, conseguir que público diverso vaya a verlo y se sientan tan cómodos allí que vayan a pasar su tiempo libre, porque el arte en ocasiones se ve como algo aburrido o algo que no se entiende, y muchas veces el problema es de las instituciones, que no saben cómo llegar a la gente y no hacen nuevas propuestas para atraer al personal.

Ya dejando un poco de lado el continente y centrándonos en el contenido, creo que el criterio discursivo para mostrar las obras es bastante acertado, ya que los espacios son amplios y permiten verlas de forma que la visita no se hace pesada, cosa que es difícil de conseguir. Esto es en parte por la propia estructura del edificio, por la forma en la que se muestran las obras, y por la variedad de soportes y temáticas de las mismas, ya que podemos encontrar instalaciones, fotografía, video arte, pintura, etc., lo que hace que sea una visita realmente amena.
En contra, echo de menos alguna cartela o panel explicativo en algunas obras que parecen inconexas o que pueden no entenderse bien.
Pero en general creo que el centro de Arte Dos de Mayo es un buen ejemplo de una adaptación al terreno, una gestión y una dirección buenas y desde luego los resultados saltan a la vista.




¿Dualidades del paréntesis?

Borrador para una exposición sin título (cap.II) Cabello/Carceller
Comisario: Manuel Segade
CA2M Centro de Arte Dos de Mayo, Av. Constitución, 23, Móstoles, Madrid.
20 de enero- 7 de mayo de 2017
Silvia Blázquez Nevado 28/02/2017

Las dualidades bareman la realidad y el mundo, diferenciando continuamente entre nosotros y los otros. Afortunadamente, tanto a nivel individual como colectivo no existe un molde puro y homogéneo que nos defina. Helena Cabello y Ana Carceller proponen en Borrador para una exposición sin título (cap.II) Cabello/Carceller una mirada dirigida a dualidades alternativas a las tradicionales, a través de las críticas de género y colonial. Esta es la primera y más evidente dualidad, pero según nos adentramos podemos descubrir más uniones y/o contraposiciones de ideas, unas más físicas y otras más abstractas.

En primer lugar, el hecho de que una pareja de artistas trabajen juntas desde hace más de veinte años y ambas con la misma repercusión, nos hace reflexionar sobre el modelo de artista único, formado por un solo yo y cuya obra va dirigida hacia un solo tipo de público. Cabello/Carceller buscan la complementariedad, la mejora a través de la colaboración, una cualidad que la sociedad debería aplicarse para cambiar su mentalidad respecto a los cánones de género, que, aun en el siglo XXI, no hemos superado, es más, hemos retrocedido.  La masculinidad y la feminidad son construcciones culturales creadas para catalogar al ser humano, pero esta dualidad no debería determinar la identidad de una persona, ni influir en su vida personal y laboral. La obra que mejor representa la rebeldía ante la asignación de un género es Drag modelos, en la que varias mujeres se apropian de prototipos cinematagoráficos masculinos para reinterpretarlos, traspasar los límites de género y reivindicar la masculinidad femenina. Hoy en día no nos hemos concienciado todavía del peligro que implica, no sólo la diferenciación entre sexos -seguimos arrastrando las lacras misóginas y los prejuicios hacia el colectivo LGTB- sino cualquier tipo de encasillado social, cuyos afectados terminan formando parte de esos “otros” que muchos consideran inferiores, y son desplazados de la colectividad. Cabello/Carceller expresan en varios de sus trabajos la idea de extrañamiento, estar siempre fuera de lugar, siendo un ejemplo la performance Bailar el género en disputa, donde contaron con la colaboración de participantes sin experiencia en interpretación. De nuevo vemos la dualidad entre artista y amateur, así como la confrontación inclusión/exclusión.


Al visitar la exposición es interesante fijarse en el juego de los espacios que sirven de soporte visual a las obras. Cabello/Carceller los denominan “espacios del paréntesis”, a los que parece que hemos llegado a destiempo, literalmente y figuradamente se nos muestran vacíos y descuadrados: una sala de proyección sin espectadores, una piscina sin agua en otoño o una discoteca silenciosa y sucia. En la clasificación obsesiva de la población también existen sujetos o colectivos del paréntesis -por motivos raciales, sexuales, de clase social u otro tipo- que son marginados por el mismo hecho de que no pueden categorizarse dentro de los cánones establecidos y supuestamente ordenados e igualitarios. Es un intento frustrado de etiquetación archivística. Sin embargo, el archivo ha sido esencial para las artistas a la hora de documentarse sobre todas estas disidencias, es decir, para los “clasificadores” el archivo es un arma de doble filo que no dudan en fragmentar si el objeto de estudio no les interesa. En definitiva, comprendo que el deseo de esta muestra es incidir en la problemática de género, pero considero que la lucha racial no se visualiza tanto. No obstante, Borrador para una exposición sin título (cap.II) Cabello/Carceller remueve las dualidades establecidas socialmente. Mediante la primera retrospectiva de su producción artística, Cabello/Carceller crean un archivo de resistencia ante la cultura visual hegemónica para demostrar la complejidad humana y su imposibilidad clasificatoria.

Desajustes.

Borrador para una exposición sin título (cap. ii). Cabello/Carceller.
Centro de Arte Dos de Mayo.
María Álvarez Villar

Cuando las artistas Helena Cabello y Ana Carceller recibieron la beca Fullbright para irse a San Francisco, esperaban encontrar allí un ambiente de tolerancia hacia la homosexualidad y libertad que distaba mucho de la situación española en aquel momento; sin embargo, lo que encontrarán será un ambiente volcado principalmente en la homosexualidad masculina y del que continúan sintiéndose excluidas. Es sencillo pensar en la desilusión que ese acontecimiento debe provocar, cuando por fin pareces haber encontrado “tu sitio” y finalmente resulta no ser así; esta idea de llegar a destiempo, de estar siempre fuera de lugar, está presente a lo largo de diferentes proyectos en esta retrospectiva: llegar a la piscina cuando ya ha cerrado, a la fiesta cuando ya se ha terminado... esta sensación de no encontrar un lugar propio, un ambiente que te acoja, se incrementaría aún más al tratarse de un colectivo por diferentes causas discriminado: como colectivo artístico -fuera de muchas convocatorias y becas por no tratarse de una única persona-, como mujeres y como lesbianas. Incluso podríamos decir que acuden a ella mediante en su obra mediante la colaboración con amateurs a los que confrontan con textos o situaciones extrañas, generando una sensación de desajuste y dislocación. Podríamos pensar, incluso, que toda la esfera artística se mueve en la actualidad en un destiempo constante: tras los avances de la modernidad, las catástrofes de las grandes guerras y el fascismo, y los proyectos fallidos de las vanguardias; nos resulta difícil pensar en algo que no se haya visto ya, una pregunta aún por formular; mas justamente por eso seguramente este sea el momento idóneo para promover alternativas y relecturas del pasado que permitan ver todo aquello que pasó desapercibido, excluido de las grandes preguntas de la historia y qué proyectos se dieron por inviables sin ser llevados a cabo.

En este clima de descrédito, cualquiera se podría preguntar, viendo estas obras que atacan directamente al binarismo de género, la homofobia y el discurso hegemónico; hasta qué punto es posible realizar una crítica tanto a la institución del arte como a la sociedad misma desde dentro de la misma institución que las acoge y que, a ojos del espectador escéptico, habrá impuesto su propio discurso e intereses sobre ellos; al fin y al cabo, los intereses últimos de la institución artística serán los mismos que los de aquella sociedad que discrimina y responde únicamente a las lógicas del mercado. Sin embargo, como ya señalaba Andrea Fraser, todo y todos formamos parte de la institución, no puede existir un arte fuera dado que el mismo sentido de este término, las lógicas con la que lo percibimos responden necesariamente a su vinculación a la institución. Pero esta relación no se trata de una mera subyugación, si la institución ha evolucionado es por la evolución del mismo arte y, dado que el arte no es si no otra faceta de la totalidad de la sociedad en que vivimos -de ahí las mismas críticas a su vinculación al mercado-, considerar que la lucha en el campo artístico es menos válida no tendría sentido.


Entonces ¿cómo reducir esta sensación de neutralización del proyecto artístico? En este sentido es clave la labor de los directores de las instituciones y comisarios de las exposiciones a la hora de comprender y presentar los proyectos. Cambiar la narración excluyente y hegemónica por una colectiva en la que tengan cabida otros colectivos y el mismo público, como señaló Borja Villel. La institución debe asumir la realidad de lo que se presenta y conseguir que los proyectos críticos dejen su huella y sirvan de reflexión para el progreso de la institución.

El género despunta

Cabello/Carceller – Borrador para una exposición sin título (cap. II).
Centro de Arte Dos de Mayo
20 de enero – 7 de mayo

Fátima M. Marín Núñez

            Somos más que el órgano que comemos. Somos el vacío de una piscina abandonada en la que seguimos flotando. El trozo de papel tirado, la copa derramada, los restos de una fiesta tras cada una de las metamorfosis acaecidas en ella. La contracorriente deslizándose al ritmo que no responde a normas. Como el reloj que une a Cabello/Carceller, que se hacen una cuando están en dos, y cuya carrera se celebra en la retrospectiva Borrador para una exposición sin título (cap. II), en el Centro de Arte Dos de Mayo, que fluye entre fotografías, ensayos performativos y piezas audiovisuales, sin finales ni principios, caminando entre cristales rotos en el suelo y almas quebradas cuya estela deja arañazos en la tapa del féretro. Donde nadie es culpable todos lo son. Y desde hace veinticinco años, estas dos artistas se confiesan antihegemonía. Haciendo de un beso una obra de arte. Un acto revolucionario. Como si volviéramos a 1984. Al Hermano Mayor de un heteropatriarcado que todo lo vigila y corrompe. Que pretende utilizar “maricón” y “bollera” como si fuera una ofensa, cuando lo que ha conseguido es todo lo contrario. Porque si somos bollos, pensamos devorarlos, pensamos exponerlo, y los transeúntes mirarán hipnotizados.
            Mearemos de pie. Seremos la Fuente de Marcel Duchamp. Bailaremos al compás de El género en disputa de Judith Butler. Elliot no necesita pene para llamarse Billy. Enfúndate unos pantalones azules, una camiseta blanca y serás James Dean. Porque el género no existe. Lo que existen son construcciones asignadas a cada uno. Que nos limitan y bloquean. Que anulan nuestra capacidad de ser algo más que un aparato reproductor. Algo más que aquel por el que nos sentimos atraídos. Que una división en dos contrapuestos. Como si todo se resumiera en hombres y mujeres, como si no hubiera una opción más. Porque existen niños con vagina y niñas que no la tienen. Este es el grito de guerra arrancado a Cabello/Carceller que se reproduce en las fotografías imitando protagonistas de películas, en el casting para Rebelde sin causa. En las huellas de rivolta blanco sobre blanco en las paredes. ¿Acaso tal rebelión no puede lograrse? ¿O son sólo unos pocos ojos los que logran distinguir su tono diferenciado? Tan rápido como lean esa palabra, empezarán a creer en ella. Y en el poder que sustenta cada una de sus letras, que se reproduce como llama y cerilla bombeando aire en sus pulmones.
            En este teatro de actores invitados, del backstage del montaje de la exposición cuyos residuos permanecen como piezas añadidas, lo queer se activa al ser encontrado, contemplado, inhalado. Estamos en el tiempo de los asientos vacíos en salas de cine, entre una proyección y la siguiente, cuyo sonido inconfundible retumba en cada una de nuestras capas, queriendo hacernos conscientes de su presencia, no olvidarla. Como si pudiéramos hacerlo. Como si el latido de las agujas del reloj no marcara el tiempo que sigue pasando sin igualdad de derechos, con calificativos de “feminazis” que se han convertido en nueva bandera, con asesinatos por razones de género y sexualidad. En este borrador, la identidad de las víctimas deja de ser puntos suspensivos, cifras, números que no pueden contener las risas que les estallaban, las lágrimas cuya sal abrasaba, todos los abrazos dados, todas las ganas de respirar reivindicadas. Si somos algo, eso es nuestra lucha, que nunca se dará por finalizada. Como no quedó extinguida aquella de las tantas personas cuyos nombres quedan suspendidos sobre el corredor desde donde sus vidas vuelven a ser llamadas, devueltas, al gritarlas tras un megáfono. Nunca muere lo que el arte no olvida.
Esto no va de cine.

Borrador para una exposición sin título (CAP II)  Cabello/Carceller

Comisario Manuel Segade

Centro de Arte 2 de Mayo (20 de enero al 7 de Mayo de 2017)

Yaiza González López.

Destiempo y apropiación como conformación del cuerpo monstruoso de Frankenstein, (Cabello / Carceller), el limítrofe, el que actúa desde la potencia cuestionadora sobre su naturaleza, especialmente para saber cómo debe situarse al evacuar, a lo Duchamp o a lo Manzoni. Road movie, también, ambientada por el nostálgico  slide, cuya importancia reside en el descubrimiento del descubridor, no en el viaje, símil del espectador que reconoce  su espacio vacío y pasivo en el espacio dinámico de lo proyectado, qué diría Rancière, dónde está su emancipación. Puede encontrarse entre uno de los últimos fotogramas de Cinema Paradiso, precedentes al The End, esta vez la versión bollera, donde el beso no harmónico y paradójico en su contexto,  recorta  a Ennio Morricone en nombre de Eris, autorretratándose bajo la dualidad de mismidad colectiva que conforma cada perfil al ser unido (a través de nuevos mecanismos), actuando en un acto de  autoantropofagia, engullendo bollos, que bien podrían haber sido tortillas, ensalzando  así la Marca España, que hoy tanto nos representa con otro film de carretera,  siendo el productor "HazteOir" y el título "Los niños tienen pene y las niñas tienen vulva. Que no te engañen". Esta idea del engaño es continuada por Thelma y Louis, quienes  lanzan una cita "No me hagas preguntas y no te diré mentiras", actuando sobre ella, bajo la misma cuestión presentada como "Pregunta y habla", desvelar lo convertido en estigma denunciando la opresión de los guantes de plástico, y con ello,  sujeto, trabajo, género. En relación con otro film, Paris is burnig, atravesado por la performatividad entendida no como parodias, ni como representaciones sacadas de la sociedad del espectáculo, sino como realidades, que producen directamente en la idea de lo REAL una fractura. La definición categorizada por el organismo representativo y autorizado, por excelencia, conocido comúnmente como RAE, "Que tiene existencia objetiva", se diluye hasta el territorio de la multiplicidad entre las subjetividades, a partir, del lenguaje como actos perlocucionarios que construyen realidades y cuerpos.

 Este espacio fílmico reiterado se especula tomando como base a la ficción sobre las posibilidades de ser que adquiere el cuerpo, la apropiación de un personaje se duplica, diluyéndose toda esencialidad acerca de la masculinidad que conformase toda imagen primera, con ello, en impresión fotográfica "Drag Models" activa la operación no solo de cuerpos sino también de los espacios que acogían dicha ficcionalidad, junto a los testimonios reforzadores de la voz enunciativa eliminada a lo largo de la historia, en su doble interacción tanto de musa como de sujeto fotografiado tornándose en  espectadores productores, per se, activos.  Lo fílmico también relacionado con la  ficcionalidad que  lleva consigo la duda  acerca de lo posible y  certero  que recure al género en el terreno de lo real,  Elena/o Céspedes. Donde estas construcciones transgredidas se apropian del personaje desde dichos límites como Amanda Dear, "I´m a mistery" hasta la mostración  de la misma construcción a través del montaje o del baile non finito, permanentemente en construcción. Sin embargo, queda  disipada por la actuación reveladora,  donde Rebelde sin causa sí que la tiene y es que es gay.

De vuelta a la carretera de Paris Texas,  el desértico vacío cobra su protagonismo nostálgico del destiempo a través de la ruptura del sueño americano transformado en el sueño de San Francisco. Bares post fiesta, bombillas paletas rotas o piscinas otoñales  nos introducen en el pesimismo de the mornig after o del ocultamiento del cuerpo apolíneo, el reclamado "Instante detente eres tan bello" del Fausto de Goethe no se produce en este tiempo de la resaca y  la pasividad, de nuevo el desierto borra toda pluma o huella de acción condenando al olvido lo inolvidable "Donde todos son culpables nadie lo es".


Las imposiciones de los géneros.


Borrador de una exposición sin título (cap. II).
Cabello / Carceller
Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) - Móstoles.
Desde el 20 de enero hasta el 7 de mayo de 2017.
                                         
                                                                                                    Ana de Gracia Hurtado.


Borrador para una exposición sin título (Cap. II) es el resultado del trabajo, un proyecto artístico centrado en la crítica a la cultura visual hegemónica en cuanto al género y a la construcción de la identidad a través de la imagen. A lo largo de su carrera estas artistas han combinado una obra multidisciplinar partiendo de su doble relación laboral y sentimental. El Centro de Arte Dos de Mayo (Móstoles) abre su espacio a una muestra dedicada a las artistas Cabello/Carceller: Helena Cabello, París, 1963, y Ana Carceller, Madrid, 1964.
En los últimos años se busca la deconstrucción visual de las jerarquías sexuales dominantes, estructuradas en binomios: hombre/mujer; masculino/femenino; hetero/homosexual. Esto solo suponía una simplificación y una restricción de la libertad sexual de los individuos. En la obra del dúo artístico Cabello / Carceller encontramos una reflexión acerca de las relaciones entre mujeres, la representación del deseo y la masculinidad femenina. Si centramos la idea de la exposición en el tema del género y sus conflictos, e incluso podemos llegar a ver como los estereotipos en pleno siglo XXI siguen existiendo, y como lo “normal”, lo “políticamente correcto” domina la realidad mundial. En mi opinión con esta exposición se pretende mostrar las posibilidades (¿infinitas?) que podemos encontrar respecto al tema del género. Para ello debemos hablar del género como un espectro. Un concepto que no es solamente binario, no es hombre o mujer, ni él o ella, y tenemos que dejar de hablar sobre esto como si solo existiesen estos dos departamentos. El género es complejo y presenta infinitas posibilidades. Sin embargo, nuestra sociedad esconde e ignora la complejidad del género y de la identidad. Desde que nacemos se nos asigna un género y se nos dice que no hay más que eso. Pero no es así y tenemos que empezar a comportarnos como corresponde. Como ejemplos podemos observar estas obras de Cabello / Carceller:
En Autorretrato como fuente vemos dos espaldas reflejadas en el espejo de unos urinarios públicos. Dos figuras aparentemente masculinas orinan sin que podamos ver sus genitales. Por este motivo dudamos. No sabemos con certeza si se trata de dos hombres, un hombre y una mujer o dos mujeres. Se podría dar el caso de que una mujer, no necesariamente lesbiana, puede ser lo suficientemente masculina como para entrar en unos aseos públicos de hombres y orinar sin levantar sospecha. Entonces las jerarquías que unen sexo y género se vienen abajo. La masculinidad no se refleja simplemente en el órgano reproductor, ni muchos menos en la longitud o el estilo del corte de pelo, ni en la manera de vestir, sino que todo esto se basa en toda una serie de factores que condicionan las relaciones de autoridad entre los distintos sexos.
En Espacios de poder varias mujeres interpretan papeles masculinos extraídos de películas como Rebelde sin causa o Las crónicas de Riddick. Ahí se observa un poco como la forma de construcción o de acercarnos nosotras a los cuerpos y a los espacios es también la forma en la que Hollywood se acerca fragmentando realidades. Estas fotografías dejan ver la creación de la virilidad estereotipada cinematográfica y, a su vez, demuestran cómo una mujer puede mostrar el  mismo rango de poder que un hombre. De este modo se pretenden superar las estrictas categorías de masculino y femenino dejando ver al género como una copia de un original. La masculinidad femenina lejos de ser una imitación de la masculinidad nos hace entrever una la masculinidad podríamos decir "verdadera", que ha sido construida casi a voluntad. Los elementos rechazados por esa masculinidad dominante son recogidos para hacer que ella parezca real y la auténtica.


Uno más uno igual a uno


Borrador para una exposición sin título (CAP II)  Cabello/Carceller

Comisario Manuel Segade

Centro de Arte 2 de Mayo (20 de enero al 7 de Mayo de 2017)

Inés Flórez Lancha



Centro de Arte 2 de Mayo recoge una exposición de Cabello/Carceller, dos artistas que trabajan conjuntamente desde inicios de los noventa. La muestra es un diálogo abierto entre la experiencia de las mismas, con las personas externas con las que trabajan y con el propio público. Se trata de un espacio dedicado a la política de género y que engloba una serie de obras ejemplo del arte feminista o queer en España.

La exposición tendrá una serie de temas transversales que serán comunes a varias obras de las diferentes secciones. La idea de la mismidad y la duplicidad es una de ellas. Desde el inicio de la exposición con “un beso”, “bollos” o “autorretrato como fuente” hasta el final de la misma con las siluetas en la pared o “herramientas para artistas que trabajan en colaboración, se remite a la idea de la semejanza entre dos personas. Las propias artistas se presentan como una duplicación, una continuación, dos partes de un mismo ser. Sus obras juegan con esta idea, eliminando al mismo tiempo las barreras biológicas que supuestamente diferencian a unos y otros. El discurso pretende romper con la idea de la feminidad en este caso, para concluir que ésta es fruto de experiencias y comportamientos adquiridos.

Ante esta idea de la mismidad, se plantea una segunda cuestión también transversal a varias obras, que tiene que ver con la idea del personaje. En una de las salas de la exposición se recogen retratos de personas vestidas y caracterizadas como personajes de la cultura popular, tales como James Dean o Brad Pitt. Con estas obras, las artistas trabajan con personas externas, a las que se les atribuye un personaje con el que se identifican. Se trata de fotografías realizadas a lo largo de diez años, que están acompañadas de textos donde las propias personas explican los motivos por los que eligieron a su personaje. En esta sala como en las anteriores, se rompen los rolles socialmente establecidos y tanto la apariencia como la identidad son cuestiones planteadas como una elección de uno mismo.

La muestra es, al mismo tiempo, un recordatorio de la alteridad. Varias de las obras muestran la situación en que la comunidad LGTB se ha encontrado a lo largo de la historia en España. Ejemplos de ello son tanto el caso de Elena de Céspedes, como Off Escena o Suite Rivolta, entre otros. En ellos se muestran a personas que son castigadas, silenciadas y marginadas socialmente. El ejemplo extremo de ello es la obra que recoge los nombres de hasta cien personas que en España sufrieron violencia extrema por ser considerados diferentes y por tanto inaceptables por la sociedad. Las artistas dan voz a estas personas, revindicando las desigualdades sufridas por los mismos, y al mismo tiempo se cuestionan porqué sigue siendo un tema tabú entre algunos colectivos de la sociedad.

Manuel Segade comisaría una exposición que de principio a fin está cargada de intenciones. Existe un discurso claro sobre la política de género y enfrenta a la sociedad a cuestiones sobre las que meditar. El hecho de que la muestra carezca de título es un indicio de que las obras hablan por sí solas y el mensaje es tan directo que no hace falta explicación ninguna. El trabajo de Cabello/Carceller resulta un medio perfecto para ello, ya que dialoga de forma clara con el público. Tanto sea por su producción, como por el tema de la exposición, o incluso por el deleite estético que resulta de la colocación de las obras y del propio recorrido por las salas, es tan recomendable como acertado visitarla.