martes, 14 de febrero de 2017

Arte recuperado para la conciencia

Ficciones y territorios: Arte para pensar la nueva razón del mundo.
Museo Nacional de Arte Reina Sofía.  
Exposición del 26 de octubre de 2016 al 13 de marzo de 2017, Edificio Sabatini, Planta 3.
Comisariada por: Manuel Borja-Villel, Cristina Cámara, Beatriz Herráez, Lola Hinojosa y Rosario Peiró.  Artistas: Varios.

David Arévalo del Pozo


El Museo Reina Sofía nos trae la exposición "Ficciones y territorios, Arte para pensar la nueva razón del mundo", que reúne obras de  cincuenta artistas de distintas nacionalidades creadas desde finales de los 90 hasta el 2007, teniendo como uno de sus objetivos mostrar el cuestionamiento de la globalización y el territorio.   La muestra que se expone, surge como una reacción al periodo de asimilación del neoliberalismo, que durante esos años se fue imponiendo en todas las facetas de la existencia y convivencia humanas.  Ante esta nueva razón, los artistas de esta exposición cuestionan, analizan y conforman mecanismos de resistencia, utilizando propuestas alternativas a través del vídeo y de la fotografía, del ensayo y del documental, organizados en diferentes bloques conceptuales: como utilizar el cuerpo como territorio, reflexionar sobre los espacios de excepción, la supuesta objetividad de la tecnología, hasta la ciudad como espacio habitable y especulativo, la globalización, nuevas configuraciones geopolíticas y  ficciones políticas a través de la teatralización de la historia.


En el inicio de la exposición, se abordan los efectos de la globalización y las nuevas configuraciones geopolíticas a través de Zoe Leonard y Allan Sekula. Hay una crítica al mercado global y a las consecuencias de un consumo generalizado e irresponsable. También se nos presenta la decadencia del Estado-nación, a través de las ficciones políticas de autores como Jorge Ribalta, o Mikel Euba, en la que abogan por la creciente globalización económica y cultural, cada uno de ellos en contextos diferentes. Se genera un gran debate sobre todos los territorios no gobernados, en el que las fronteras, las afueras, en definitiva, todo lo que está fuera del núcleo, muestra la cruda cara de un sistema que asegura aceptar la transformación, pero que en realidad, desde dentro se quiere eliminar.  Hay una diferente apreciación en cuanto a los procesos de transformación que sufrieron distintas ciudades basadas en la especulación y el consumo. Tenemos ejemplos como todos estos grandes eventos deportivos, en los que al principio, parece que van a impulsar a la ciudad elegida, pero que con el tiempo, se ve que benefician únicamente a los de siempre. Aquí nos ponen el ejemplo de  los JJOO de Barcelona, pero uno mucho más reciente es por ejemplo el mundial de Brasil, dónde parecía que gracias a ese evento, el país iba a coger un impulso económico, pero que al final, es el pueblo el que paga la ambición de unos pocos desaprensivos. El trabajo, o más bien la falta de él, la crisis financiera internacional, y las recientes formaciones que aglutinan los movimientos sociales forman también parte de dos proyectos artísticos, los cuales desde la idea del trabajo, del hacer social y de lo colectivo, pretenden hacernos visible la acción de protesta.

Los fondos artísticos recuperados actúan como un revulsivo ante una época marcada por el neoliberalismo, sinónimo de privatización y de reducción progresiva de lo público en favor de lo privado. De ahí nace acertadamente el enunciado arte para pensar la nueva razón del mundo, en el que a través de la libertad creativa podemos ir recuperando poco a poco los territorios culturales y espacios físicos de convivencia, resistir las políticas de consumo así como rechazar la especulación. En resumen, ser críticos ante una forma de agresión casi fantasma. Por ello creo que la exposición Ficciones y territorios, sirve al menos como rechazo a una inanidad casi generalizada de la sociedad durante ese periodo de tiempo.


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