martes, 28 de febrero de 2017

Las imposiciones de los géneros.


Borrador de una exposición sin título (cap. II).
Cabello / Carceller
Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) - Móstoles.
Desde el 20 de enero hasta el 7 de mayo de 2017.
                                         
                                                                                                    Ana de Gracia Hurtado.


Borrador para una exposición sin título (Cap. II) es el resultado del trabajo, un proyecto artístico centrado en la crítica a la cultura visual hegemónica en cuanto al género y a la construcción de la identidad a través de la imagen. A lo largo de su carrera estas artistas han combinado una obra multidisciplinar partiendo de su doble relación laboral y sentimental. El Centro de Arte Dos de Mayo (Móstoles) abre su espacio a una muestra dedicada a las artistas Cabello/Carceller: Helena Cabello, París, 1963, y Ana Carceller, Madrid, 1964.
En los últimos años se busca la deconstrucción visual de las jerarquías sexuales dominantes, estructuradas en binomios: hombre/mujer; masculino/femenino; hetero/homosexual. Esto solo suponía una simplificación y una restricción de la libertad sexual de los individuos. En la obra del dúo artístico Cabello / Carceller encontramos una reflexión acerca de las relaciones entre mujeres, la representación del deseo y la masculinidad femenina. Si centramos la idea de la exposición en el tema del género y sus conflictos, e incluso podemos llegar a ver como los estereotipos en pleno siglo XXI siguen existiendo, y como lo “normal”, lo “políticamente correcto” domina la realidad mundial. En mi opinión con esta exposición se pretende mostrar las posibilidades (¿infinitas?) que podemos encontrar respecto al tema del género. Para ello debemos hablar del género como un espectro. Un concepto que no es solamente binario, no es hombre o mujer, ni él o ella, y tenemos que dejar de hablar sobre esto como si solo existiesen estos dos departamentos. El género es complejo y presenta infinitas posibilidades. Sin embargo, nuestra sociedad esconde e ignora la complejidad del género y de la identidad. Desde que nacemos se nos asigna un género y se nos dice que no hay más que eso. Pero no es así y tenemos que empezar a comportarnos como corresponde. Como ejemplos podemos observar estas obras de Cabello / Carceller:
En Autorretrato como fuente vemos dos espaldas reflejadas en el espejo de unos urinarios públicos. Dos figuras aparentemente masculinas orinan sin que podamos ver sus genitales. Por este motivo dudamos. No sabemos con certeza si se trata de dos hombres, un hombre y una mujer o dos mujeres. Se podría dar el caso de que una mujer, no necesariamente lesbiana, puede ser lo suficientemente masculina como para entrar en unos aseos públicos de hombres y orinar sin levantar sospecha. Entonces las jerarquías que unen sexo y género se vienen abajo. La masculinidad no se refleja simplemente en el órgano reproductor, ni muchos menos en la longitud o el estilo del corte de pelo, ni en la manera de vestir, sino que todo esto se basa en toda una serie de factores que condicionan las relaciones de autoridad entre los distintos sexos.
En Espacios de poder varias mujeres interpretan papeles masculinos extraídos de películas como Rebelde sin causa o Las crónicas de Riddick. Ahí se observa un poco como la forma de construcción o de acercarnos nosotras a los cuerpos y a los espacios es también la forma en la que Hollywood se acerca fragmentando realidades. Estas fotografías dejan ver la creación de la virilidad estereotipada cinematográfica y, a su vez, demuestran cómo una mujer puede mostrar el  mismo rango de poder que un hombre. De este modo se pretenden superar las estrictas categorías de masculino y femenino dejando ver al género como una copia de un original. La masculinidad femenina lejos de ser una imitación de la masculinidad nos hace entrever una la masculinidad podríamos decir "verdadera", que ha sido construida casi a voluntad. Los elementos rechazados por esa masculinidad dominante son recogidos para hacer que ella parezca real y la auténtica.


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