Galería Espacio Mínimo, Museo Geominero,
Feria de Arte Contemporáneo ARCO
Zoom In, Moving Stones,
25 People on 25 Hills
21 de Enero al 11 de Marzo y en ARCO del 22 al 26 de febrero
Maider López
Maider López
en esta exposición trata de hacer apología de los pequeños detalles, de resaltar
cómo nos encontramos sumergidos en un mundo construido a base de carteles
luminosos, en una eterna competición capitalista en la cual siempre gana el
espectáculo, donde el ser humano observa a través de una pantalla… Trata de
fijar la mirada del espectador en un punto fijo del paisaje que, sin su ayuda,
probablemente habría pasado desapercibido para nosotros, abrumados por una
belleza tan amplia y aplastante, incapaces de apreciar individualmente la
belleza de cada uno de los elementos que construyen la escena.
La artista
recorre las montañas y valles de la Capadocia, y es aquí donde se produce su
obra, donde lleva acabo su acción, la inclusión en el paisaje de azulejos que
plasman los colores del mismo, reubicándolos de forma que altera la visión que
hasta ese momento teníamos de ese lugar en concreto. Otra acción producida por
la artista consistía en alterar el ecosistema mediante un leve cambio de la
ubicación de ciertas piedras, siempre con una exacta documentación geográfica
que podemos encontrar en el espacio expositivo. Se trata de un intento de
captar la esencia de la naturaleza a través de los colores y los sentimientos
que estos nos producen, de observar la belleza de los pequeños detalles frente
a la inmensidad que nos rodea.
López trata
de unir elementos representativos de distintas situaciones geográficas en un
punto fijo, un espacio expositivo, para así poder observarlo con detenimiento.
El problema es que la exposición está dividida en tres emplazamientos
distintos, en la galería Espacio mínimo, en el Museo Geominero y también en un
stand de la feria de arte contemporáneo ARCO, por lo que tienes que recorrer la
ciudad de Madrid entera para ver la exposición en su totalidad, creando una
incoherencia a la hora de trasmitir el mensaje de la artista. También es
remarcable cómo se intenta acercar la naturaleza a un espacio cerrado, tratando
de crear una obra Land art, sin embargo, al traer como obra los azulejos que
imitan los colores en vez de elementos auténticos y propios del lugar al que se
nos quiere acercar, la obra se convierte en un conjunto de elementos de estilo
conceptual, por lo que el público puede quedar desconcertado al encontrar fotografías
y azulejos en lugares aparentemente aleatorios de la galería sin llegar a
entender muy bien el por qué.
Las acciones
de la artista en la naturaleza autóctona pueden tratarse a su vez de una
crítica sobre el sangriento comportamiento del ser humano hacia nuestro
planeta, deforestando los bosques, contaminado los mares, el aire que
respiramos, todo por intereses económicos, modificando la tierra en la que
vivimos, hasta que finalmente nuestra especie quede reducida a polvo, o quién
sabe, puede que a un azulejo.
Podríamos
decir que las claves de la obra de Maider López son la arquitectura, el paisaje
y la acción, tanto de la artista como del espectador, dado que no solo forma
parte de la exposición la naturaleza terrestre, también analiza la convivencia
de seres humanos en un entorno determinado, factor imprescindible en la
creación de un hábitat. Por lo que también debemos resaltar e gran trabajo
previo realizado antes del viaje, investigando el ecosistema y creando un
catálogo de colores de la zona.
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