martes, 7 de marzo de 2017

Maider López
Zoom In
Espacio Mínimo
21 de enero al 11 de marzo de 2017

Javier Martín Silva

Maider López estrena su nueva trayectoria profesional con la galería Espacio Mínimo realizando una triple exposición de tres proyectos separados pero intrínsecamente relacionados tanto por su inspiración como por su procedencia material. Cada proyecto se expone en una institución diferente, Zoom In en Espacio Mínimo, 25 People on 25 Hills, 25 People on 1 Hill en ARCO, y Moving Stones en el Museo Geominero de Madrid. Se presenta así un ambicioso macroproyecto cuya intención es analizar la naturaleza y su relación con el hombre. Desde luego, el concepto no es nada novedoso, si algo preocupó a los filósofos de todas las épocas fue la naturaleza, en particular la del hombre, como así atestiguan los innumerables tratados de innumerables pensadores al respecto. Tampoco resulta algo innovador llevar esta temática al arte, los artistas no sólo han tratado de imitar la naturaleza, sino que a través de sus obras buscaban un análisis moral de la misma.
Zoom In, nos dice la artista, busca una interacción entre lo general y lo específico. Cuando ella fue a la Capadocia se quedó tan extasiada ante tal abrumadora belleza que su cerebro era incapaz de procesar detalles. De ahí la necesidad de diseccionar el paisaje, extraer la esencia de sus elementos particulares y plasmarlos materialmente. Si teóricamente parece un planteamiento atractivo, su realización plástica deja mucho que desear. La transformación de la Capadocia en unos azulejos monocromáticos que se pueden encontrar en cualquier tienda de alicatados resulta, cuanto menos, decepcionante. Para Aristóteles la naturaleza tenía cuatro principios, sustancia, forma, causa y fin. Maider, con su deconstrucción, convierte radicalmente estas cuatro características inherentes del paisaje, cambiando su materia, figura, origen y su teleología, y, por lo tanto, no alcanza su objetivo, la asociación de lo representado con la obra exige de una explicación exógena que a duras penas ayuda a mantener el argumento.
Moving Stones parece un trabajo de campo de geógrafo, pero solo lo parece. No hay ningún interés taxonómico, las rocas no se eligen por su especifidad, ni por intereses analíticos. La señalización de las coordenadas puede inducir a un pensamiento frío y milimetrado, aunque en realidad es el puro capricho, el azar el que guía las acciones de la artista en su poco meticulosa selección de los minerales. Un gesto que pretende abarcar el impacto del ser humano en la naturaleza, obviando que el hombre forma parte de la misma y que su modificación es simplemente inevitable, imaginar cómo sería un paisaje sin presencia humana supone pensar un mundo sin humanos en su totalidad.
People on 25 Hills, 25 People on 1 Hill es quizás el proyecto más interesante de los tres. Presenta a 25 personas colocadas en 25 colinas diferentes y a 25 personas sobre una misma colina, buscando una reflexión sobre las diversas maneras de habitar el mundo, pero también se podría extender a las formas varias de relacionarnos con el entorno y con otros, es decir, una reflexión sobre el hombre como ser social. Curiosamente no parece que haya una crítica hacia alguna de las formas de convivencia, ambas aparecen de manera neutra, incluso positiva.

Maider López no convence con sus propuestas, pero el concepto del proyecto puede seguir siendo explorado hasta obtener resultados más satisfactorios. Por ahora toca conformarse con una obra que al menos parece que fue divertida de realizar, una excursión a una de las zonas más impresionantes de la tierra con un equipo de personas dispuestas a colaborar en un proyecto común, y quizás, por su experiencia humana, sobrevive a su plasmación artística.

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