martes, 7 de marzo de 2017

Arte y oro

Maider López
Zoom in 
Del 21 de enero de 2017 al 11 de marzo de 2017

Loreto Sáenz de Sta. Mª Larrea

En esta exposición de Maider López, situada en distintas localizaciones, nos lleva a  darnos cuenta de la inmensidad del paisaje y de la manera en la que nos puede llegar a invadir lo general del mundo y hacernos tan diminutos como a las piedras; que si nos damos cuenta son joyas igual que nosotros.
Muchas veces hasta que no me recuerda mi padre lo lista que soy no lo pienso; y de la misma manera, Maider hace la labor de recordarnos que tenemos que fijarnos en las pequeñas cosas. ¿De qué color es el planeta en el que vivimos? Azul y verde diría yo; pero si tengo que responder después de entrar a "Espacio Mínimo" contestaría: naranja, marrón, verde, azul, rosa que me encanta... Al fin y al cabo, parece que sí, que este mundo grande, se nos queda así de grande y no somos capaces de enterarnos ni del Nodo, a no ser que me lo pongan como Maider, en piezas cuadradas de colores como si se tratara del Lego de mi hermano, que hasta que no cumplía los tres años alguien me prohibía jugar.

La exposición nos muestra, no solo la riqueza colorista del paisaje, sino también el cambio y las transformaciones que sufrimos en muy poco tiempo. Las piedras, como nosotros, unas más flexibles, otras menos, unas más camaleónicas que se adaptan a la situación que se les plantea, y otras, que cuando están con otras de su especie no llaman la atención, pero solas brillan casi como las estrellas. Me ha resultado curioso que en el Museo Geominero eligieran colocar las fotografías entre las vitrinas más ricas de todo el museo, donde está el oro, sin ir más lejos. Aún así, supongo que eso hace más valiosa la obra de Maider, porque simplemente por eso, que sigamos fijándonos en sus obras, tiene el mérito que tiene. Y pensándolo bien, recuerdo casi igual las coordenadas de las fotografías que las piedras que había de color turquesa. Al final de lo que me puedo dar cuenta, es del cuidado de lo pequeño, que se trata de valorarlo, al igual que exponemos una goethita o una hemimorfita que son enanas comparadas con las estrellas, fijarnos en cada detalle, en el color y por romántico que suene en el devenir de la vida. Tras ver esta exposición, lo que me he planteado es que estamos hablando de "Piedras en movimiento" en un pequeño periodo de tiempo, pero ¿cómo no cambiará la naturaleza en siglos?

En definitiva, el mundo parece esto, una montaña de piedras sujetadas por lo que se denominaría el planeta Tierra, y que cada uno de nosotros somos una de ellas. Yo no se si he encontrado demasiadas metáforas en toda esta exposición, pero desde luego, que he sentido que hay cierta similitud. Al fin y al cabo, cuando estamos rodeados de gente no nos estamos valorando, y cuando la vida va al ritmo que va, rodamos sin conciencia de que en realidad, vamos creciendo y nos vamos adaptando al espacio. Dependiendo de con quien estamos cambiamos de color, y de posición; quizás podríamos denominarlo rol. De lo que nos habla Maider López es de todo esto en conjunto, pero mejor que yo ella lo ha conseguido concretar, fijarnos en los detalles y en la cantidad de objetos bellos o no bellos que tenemos en esta inmensidad del paisaje. Porque paisaje hay uno, y naturaleza hay una; pero dentro de estos dos conceptos hay inmensidad de otros que no nos enteramos. Y ella viene a recordarnos lo listos que somos como mi padre, y lo hace con la naturaleza y el oro de por medio.

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