Zoom In y Moving Stones
Galería Espacio Mínimo y Museo Geominero
(21 de enero
al 11 de marzo de 2017)
Inés Flórez Lancha
Cuando estoy en el campo, deseo
vegetar como las plantas. Debemos estar dispuestos a recibir todo tipo
de impresiones y dejar que los pensamientos adquieran el color de lo que vemos.
William Hazlitt en Caminar.
La
propuesta de Maider López recogida en Espacio Mínimo y el Museo Geominero,
resulta de especial interés para todo amante de la naturaleza. Pero no solo
eso, a pesar de la simplicidad aparente de la obra, el significado de sus
acciones van mucho más allá, queriendo cuestionar el impacto que tiene el
hombre sobre el lugar en el que vive, la huella que deja en las zonas por las
que pasa y cómo reacciona el espacio ante esta intromisión. La artista reitera
además, en el deleite casi sagrado que experimenta aquel que camina.
La
exposición juega con fotografías de paisajes, resultado de esos recorridos que
realiza por los valles de Cappadocia, con los colores. De sus obras extrae los
elementos y se queda con el color que predomina en ellos. Así, se verán piezas
de diferentes tonalidades cromáticas en la exposición, tanto en diálogo con las
obras, como en las mismas fotografías. Fruto de esto se crea un espacio
armonioso y al mismo tiempo ayuda al espectador a mirar a través de los ojos de
la artista. Es posible ver los colores que ella ve en la naturaleza, de manera
que una vez visualizados es difícil focalizar la atención en otro elemento de
la fotografía. Maider López dirige la mirada hacia aquello que quiere resaltar
y lo hace de forma sutil pero recurrente. Resulta novedoso y atractivo
especialmente por esto, y es que no se trata solo de imágenes de paisajes al
uso, sino que son casi una intromisión en la naturaleza y un diálogo con ella.
Esta
última idea se hace más patente en la segunda parte de su exposición, que tiene
lugar en el Museo Geominero. Moving
Stones reitera en esa comunicación entre el hombre y su espacio, pero esta
vez de manera más directa. La artista participa activamente en la naturaleza y
la altera para mostrar ese pequeño o gran impacto que puede tener el hombre
sobre su entorno. Su acción es tan sencilla como ingeniosa, basada en mover
piedras de un lugar a otro y mostrando al mismo tiempo las coordenadas de la
ubicación inicial y final del elemento. El resultado son fotografías del antes
y el después de la acción. Resulta especialmente interesante porque las fotografías
se insertan en un espacio donde los minerales se convierten en objeto de
estudio, y la ubicación de las mismas se alterna con las vitrinas de éstos.
Esta
exposición invita al espectador a agudizar su mirada, a ver lo grande y lo
pequeño, y a deambular por la naturaleza de un modo diferente. El paisaje se
convierte en un espacio de creación donde el caminante tiene un papel de
artista, que desempeña principalmente a través del color. La idea del “caminar”
bajo esa mirada artística se remonta a tiempos atrás, muchas veces relacionada
con la metáfora de la vida y la reflexión, lo que se deduce de la expresión
“Homo Viator”, o la figura que vaga por la ciudad como el flâneur. Son
innumerables las reflexiones sobre el tema del paseo y del caminar. El propio
Cervantes enaltece esa idea del caminar con el “andante” Don Quijote, sin
embargo también se pueden citar a otros escritores como Karl Gottlob Schelle,
William Hazlitt o Henry David Thoreau. Zoom
In entronca con esta larga tradición que considera el caminar como una
experiencia artística y espiritual, donde uno es capaz de dialogar consigo
mismo y con el espacio que le rodea.
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