martes, 7 de marzo de 2017

Ordenar la mirada

Zoom in, Maider López 
Espacio Mínimo y Museo Geominero
Del 21 de enero al 11 de marzo (2017)

Marta del Castillo Bravo

Maider López expone obra en tres espacios diferentes (y así se ha vendido el proyecto con el eslogan A three locations project) donde por un lado tenemos la suma de la galería más la feria de arte (ARCO) -un combo ya nada sorprendente- y por otro el sí sorprendente caso de un museo no dedicado-en principio-al estudio, exposición o divulgación del arte contemporáneo. Así mismo en cada uno de estos espacios se inscriben proyectos distintos pero relacionados con el interés de la artista hacia los entornos naturales y públicos, qué o quién hace al espacio ser y cómo nos relacionamos con él.

Comenzando con el proyecto en la galería Espacio Mínimo titulado Zoom in, resaltar la adecuación entre las piezas y el display en la misma arquitectura de la galería, en un caso tan relacionado con el entorno. Por un lado la estética white cube que nos abstrae y centra nuestra atención en la disposición estratégica de fotografías a la altura de la mirada acompañadas de un artefacto peculiar, como es el azulejo, ubicado en el mismo suelo. Otra sala sigue a continuación, con el mismo concepto de obra, pero en la que el suelo adquiere un estatus de más relevancia, ya que el centro se ubica un mosaico del mismo tipo de azulejos. Y finalmente, bajando hacia el sótano, nos sorprende la pieza Columna, una estructura ascendente formada por piedras recogidas en la región de Capadocia, Turquía. Si bien, vayamos por partes. La relación entre las fotografías seleccionadas y los azulejos que las acompañan es meramente perceptual: la artista reflexiona sobre la visión y las condiciones en la que ésta se produce a partir de paisajes de Capadocia, que destacan por un alto cromatismo. Con la intervención de los azulejos, que en algunos casos destacan tonalidades sintetizantes, y en otros se integran en la misma fotografía, la mirada se ordena, abstraemos los elementos que organizan la imagen y los individualizamos. Sería como el píxel agigantado: totalizador, pero muy concreto. El mosaico en el suelo de la segunda sala ubicado en el centro y rodeado de estos ejercicios, crea el proceso a la inversa: deconstruye una imagen a partir de azulejos en los que el espectador ya ha asimilado su composición. Sin embargo, si hay algo que objetar, las imágenes que recrean el proceso quizá interrumpan la experiencia.

El proyecto en el museo me parece una mención especial. Moving stones/Piedras en movimiento, en la segunda planta del Museo Geominero de Madrid, aprovecha de manera muy fina esta ubicación. La artista selecciona fotografías de piedras random que recoge en Turquía, anota su localización y las desplaza hacia un entorno completamente diferente. Ambas fotografías se exponen en impresiones modestas entre las grandes vitrinas de piedras y minerales de la colección del museo. Cuando se hace el recorrido, la distracción es clave. Nuestra visión se interrumpe, se alternan los objetos de la mirada, se crea un diálogo en el espacio. Maider quería hablar de cómo los entornos condicionan la percepción de una misma cosa, cómo esa cosa deja de ser para ser otra, y cómo esto sólo es capaz de producirse con la aparición en escena del ser humano. Pero esto supera los márgenes de lo representado cuando la visión introduce lo real/vitrina en el relato. Las mismas piedras que Maider selecciona son las que se han descontextualizado en la colección del museo (pese al afán de catalogación, vaya). En este sentido propongo seguir la estela de Maider y añadir a las cartelas de la colección las coordenadas exactas del origen. Añadir que eché en falta, en la información expositiva, alusiones más directas hacia las implicaciones vitales que los cambios de coordenadas, la condición del viaje, etc. producen en los individuos. 

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