Zoom in, Maider López
Espacio Mínimo y Museo Geominero
Del 21 de enero al 11 de marzo (2017)
Marta del Castillo Bravo
Maider López expone obra en tres
espacios diferentes (y así se ha vendido el proyecto con el eslogan A three locations project) donde por un
lado tenemos la suma de la galería más la feria de arte (ARCO) -un
combo ya nada sorprendente- y por otro el sí sorprendente caso
de un museo no dedicado-en principio-al
estudio, exposición o divulgación del arte contemporáneo. Así mismo en cada uno
de estos espacios se inscriben proyectos distintos pero relacionados con el
interés de la artista hacia los entornos naturales y públicos, qué o quién hace
al espacio ser y cómo nos relacionamos con él.
Comenzando con el proyecto en la
galería Espacio Mínimo titulado Zoom in,
resaltar la adecuación entre las piezas y el display en la misma arquitectura de la galería, en un caso tan
relacionado con el entorno. Por un lado la estética white cube que nos abstrae y centra nuestra atención en la
disposición estratégica de fotografías a la altura de la mirada acompañadas de
un artefacto peculiar, como es el azulejo, ubicado en el mismo suelo. Otra sala
sigue a continuación, con el mismo concepto de obra, pero en la que el suelo
adquiere un estatus de más relevancia, ya que el centro se ubica un mosaico del
mismo tipo de azulejos. Y finalmente, bajando hacia el sótano, nos sorprende la
pieza Columna, una estructura
ascendente formada por piedras recogidas en la región de Capadocia, Turquía. Si
bien, vayamos por partes. La relación entre las fotografías seleccionadas y los
azulejos que las acompañan es meramente perceptual: la artista reflexiona sobre
la visión y las condiciones en la que ésta se produce a partir de paisajes de
Capadocia, que destacan por un alto cromatismo. Con la intervención de los
azulejos, que en algunos casos destacan tonalidades sintetizantes, y en otros
se integran en la misma fotografía, la mirada se ordena, abstraemos los elementos
que organizan la imagen y los individualizamos. Sería como el píxel agigantado:
totalizador, pero muy concreto. El mosaico en el suelo de la segunda sala ubicado
en el centro y rodeado de estos ejercicios, crea el proceso a la inversa: deconstruye
una imagen a partir de azulejos en los que el espectador ya ha asimilado su
composición. Sin embargo, si hay algo que objetar, las imágenes que recrean el
proceso quizá interrumpan la experiencia.
El proyecto en el museo me parece
una mención especial. Moving
stones/Piedras en movimiento, en la segunda planta del Museo Geominero de
Madrid, aprovecha de manera muy fina esta ubicación. La artista selecciona
fotografías de piedras random que
recoge en Turquía, anota su localización y las desplaza hacia un entorno
completamente diferente. Ambas fotografías se exponen en impresiones modestas
entre las grandes vitrinas de piedras y minerales de la colección del museo.
Cuando se hace el recorrido, la distracción es clave. Nuestra visión se
interrumpe, se alternan los objetos de la mirada, se crea un diálogo en el espacio.
Maider quería hablar de cómo los entornos condicionan la percepción de una
misma cosa, cómo esa cosa deja de ser para ser otra, y cómo esto sólo es capaz
de producirse con la aparición en escena del ser humano. Pero esto supera los
márgenes de lo representado cuando la visión introduce lo real/vitrina en el
relato. Las mismas piedras que Maider selecciona son las que se han
descontextualizado en la colección del museo (pese al afán de catalogación,
vaya). En este sentido propongo seguir la estela de Maider y añadir a las
cartelas de la colección las coordenadas exactas del origen. Añadir que eché en
falta, en la información expositiva, alusiones más directas hacia las
implicaciones vitales que los cambios de coordenadas, la condición del viaje,
etc. producen en los individuos.
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